Daniel BuenoEl emprendedorismo surgió muy pronto en la vida de Hélio Rotenberg, de 52 años, presidente de la empresa Positivo Informática desde 1989 y del grupo Positivo, que se desempeña en el segmento educativo, desde 2012. “A los 14 años daba clases particulares y a los 18 inauguré mi primer emprendimiento, Pattin, una pista de patinaje en Curitiba”, dice Rotenberg, graduado como ingeniero civil por la Universidad Federal de Paraná (UFPR) y con una máster en informática por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-RJ). Cuando finalizó su maestría, en 1987, regresó a la capital paranaense con una duda: no sabía si haría el doctorado o bien, iniciaría un negocio. Ante la duda, dio clases en el Departamento de Informática del Centro Federal de Educación Tecnológica de Paraná (Cefet-PR).
Una propaganda en televisión sobre la carrera de informática en las Facultades Positivo ‒en la actualidad, la Universidad Positivo‒ lo ayudó a tomar una decisión. “Mi papá conocía a uno de los profesores, que me consiguió una entrevista con el profesor Oriovisto Guimarães, uno de los fundadores del grupo Positivo”, relata. “En nuestra primera charla le expliqué lo que era la informática sin recurrir a los clichés o términos técnicos y me contrataron”. En 1988 comenzó a dar clases y se convirtió en el director de la carrera de informática. “Ahí fue que identifiqué la oportunidad para venderles computadoras a las escuelas que ya compraban nuestro material didáctico”, dice. Luego de realizar una investigación de mercado, se dio cuenta de que la creación de una fábrica de computadoras era algo factible y les planteó ese proyecto a los socios. De esa manera, la empresa, un reconocido grupo educativo, se introdujo en un área nueva, que en esa época comenzaba a dar sus primeros pasos. En mayo de 1989, se fundó Positivo Informática y Rotenberg, a los 27 años, asumió el cargo de ejecutivo principal de la compañía.
Grupo PositivoRotenberg: de la educación al desarrollo de una industria de computadorasGrupo Positivo
El proyecto de creación de la empresa, de acuerdo con su relato, comenzó con una simple reflexión: las más de mil escuelas que adherían por convenio a la metodología Positivo, podían enseñarles informática a sus alumnos y los materiales didácticos más adecuados para ello eran las computadoras. Entonces, podían fabricarlas y vendérselas a las escuelas junto con la metodología. “Conversé con uno de nuestros docentes y él me garantizó que el montaje de una computadora era algo sencillo”, dice. Aprendió cómo fabricarlas y elaboró un plan de negocios para vender 30 computadoras por mes a un precio que hoy equivaldría a 15 mil reales. “Ahora vendemos más de 200 mil aparatos por mes”, dice Rotenberg, quien cuando cuenta con tiempo libre le agrada dedicarlo a la lectura, a las buenas películas, a la familia y a los amigos. Para el ejecutivo, su formación académica resultó fundamental: “La academia me aportó la base y la seguridad necesarias para que yo emprendiera”.
A su juicio, el gran desafío de todo líder empresarial actual radica en poder contar con los mejores talentos del mercado: identificarlos, atraerlos y retenerlos. “La disputa por los talentosos tiende a ser cada vez más reñida”, dice. Otro de los desafíos, especialmente en una empresa de tecnología, consiste en sortear la obsolescencia en medio de un contexto con cada vez más productos tecnológicos. “La investigación e inversión en innovación constituye la fórmula del éxito”, sostiene.
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