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Mundial de Fútbol

En Mundial de Fútbol y el dengue

Daniel BuenoDentro de un universo de 600 mil turistas extranjeros que se espera que arriben para seguir las alternativas de la Copa Mundial de Fútbol, se calcula que un contingente de aproximadamente 100 personas podría contraer dengue durante su estadía brasileña. Pero ese riesgo varía bastante entre una ciudad-sede y otra. En São Paulo y en otras de las sedes del sur y del sudeste, el peligro es menor, porque los casos de enfermedad descienden drásticamente en los meses invernales, cuando disminuyen el calor y las lluvias, propios para la propagación del Aedes aegypti. En tanto, aquéllos que vayan a los partidos fr Salvador, Fortaleza, Natal, Manaos y Recife correrán un riesgo estadísticamente mayor. La ciudad que podría registrar el mayor número de casos es Río de Janeiro. Si bien la mayoría de los casos se concentra entre los meses de febrero y mayo, la capital fluminense congregará una cantidad mayor de turistas, y por un lapso superior en relación con las demás.

Este análisis forma parte de un artículo remitido a la revista Lancet Infectious Diseases por un grupo encabezado por Eduardo Massad, docente de la Facultad de Medicina de la USP y experto en modelos matemáticos capaces de calcular la propagación de enfermedades. Entre los autores del artículo hay investigadores de la USP, de la Unifesp, de la Fiocruz, de la Escuela de Medicina Lee Kong Chian, de Singapur, y autoridades del Ministerio de Salud Brasileño.

El motivo del estudio fueron recientes divulgaciones de análisis genéricos, a los que se consideró exagerados, sobre el riesgo para los turistas, tales como la publicada en diciembre, en la revista Nature, por Simon Hay, de la Universidad de Oxford. En ese artículo, el autor calcula la proporción de casos que se registraron en los meses de junio y julio durante el período entre 2001 y 2013, en relación con el total anual de cada ciudad sede del Mundial en ese intervalo de tiempo. Tal proporción, que en el artículo es denominada como “percentage of annual case burden experienced”, ha sido aparentemente identificada como la probabilidad de contagio del dengue para los visitantes de estas ciudades. Dicha identificación, según opina Eduardo Massad, es incorrecta.

Según los autores brasileños, hay consulados, agencias de turismo y otras entidades extranjeras que aparentemente están utilizando el artículo de Hay para alertar a los visitantes que “la fiebre por el fútbol podría granjearles un contagio de dengue”, tal como dice el título del artículo en la revista Nature. En ese mismo artículo está escrito que “los fanáticos del Mundial de Fútbol de Brasil pueden exponerse al contagio de una enfermedad tropical horrible e incurable”. “Considerando que el cálculo del riesgo está incompleto, y que el dengue no es ‘incurable’, la publicación de ese artículo fue una irresponsabilidad del autor, que da la impresión de formar parte de una campaña en contra de la realización del evento”, dice Massad.

Teniendo en cuenta la gravedad de las afirmaciones, los autores del artículo brasileño utilizaron un algoritmo específico, generado para estimar el riesgo hipotético para cualquier turista que visite Brasil durante el período del certamen, dependiendo del itinerario elegido. De tal modo, por ejemplo, un turista que decida sus estadías durante el período de la Copa visitando en este orden: São Paulo (3 días); Fortaleza (6 días); Brasilia (5 días); Belo Horizonte (5 días); Fortaleza (otros 6 días; y Río de Janeiro (8 días), correrá un riesgo individual estimado en alrededor de un 0,05%, algo mucho menor que el supuesto “burden” de un 0,2% hasta el 13,5% que sugiere el artículo de Hay.

Los investigadores brasileños advierten a su vez que el riesgo puede estar sobreestimado, puesto que los turistas extranjeros se encuentran generalmente menos expuestos a las picaduras de los mosquitos que los residentes en Brasil. Una de las conclusiones emitidas por Massad y sus colegas señala que el flujo intensivo de turistas durante la Copa podría efectivamente transportar el dengue hacia otros países, tal como ocurre con cualquier lugar donde existe alguna enfermedad infecciosa endémica. “Al igual que aquéllos que visitan ciertas localidades de Canadá en el verano pueden contraer y exportar la fiebre del oeste del Nilo, por ejemplo”, dice Massad. Para minimizar ese riesgo de exportación de la dolencia, los autores recomiendan que aquel turista que eventualmente contraiga el dengue no regrese enfermo a su hogar, sino que se trate en Brasil, cuyo sistema de salud cuenta con experiencia en el tema, y regrese cuando se haya recuperado. “Vale recordar incluso, que la incidencia del dengue varía de año a año y, a juzgar por los datos registrados hasta ahora, su incidencia durante 2014 se halla próxima a la de los años con menores registros de dengue de los últimos 10 años”, afirma Massad. “Por último, resulta sorprendente que la revista Nature publique un artículo cuyo único contenido consiste en decir que si uno sale cuando llueve puede mojarse…”

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