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LOGÍSTICA

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Un convenio entre la USP y Ambev permitió la creación de un sistema que evita los atropellamientos por autoelevadores en los almacenes

El acelerador del autoelevador se desactiva cuando un empleado se encuentra en su camino

Léo RamosEl acelerador del autoelevador se desactiva cuando un empleado se encuentra en su caminoLéo Ramos

Los atropellos no ocurren solamente en las calles y avenidas. En los almacenes industriales donde se apilan grandes cajas con productos, ese tipo de accidente es relativamente frecuente. No intervienen automóviles o camiones, sino los autoelevadores, unos vehículos pequeños, de unos 2 metros de longitud y con espacio tan sólo para el conductor. Estos vehículos son capaces de cargar y descargar toneladas de productos en pallets o tarimas y generalmente, el operador necesita conducir en reversa, justamente porque los garfios que sostienen la carga se encuentran en el frente del vehículo y obstruyen la visión. La necesidad de transitar por los carriles del almacén marcha atrás provoca muchos atropellos en las grandes empresas, tal como lo constató Ambev, fabricante de cervezas y refrescos. Con 800 autoelevadores distribuidos por sus fábricas y almacenes de todo el país, la empresa se planteó disminuir los accidentes. Para ello, probó con una solución innovadora mediante un convenio con el Centro de Innovación en Sistemas Logísticos (CISLog) de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (Poli-USP).

El trabajo resultó en una patente que ya fue depositada en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), cuyos titulares son la empresa y los investigadores. Está basada en la tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID, según su sigla en inglés) utilizada principalmente para identificar productos y cargas, además de placas de identificación y tarjetas para peajes. Se las denomina etiquetas inteligentes o tags, porque se asemejan a cintas plásticas que contienen un circuito electrónico y se comunican con una antena o receptor RFID. El sistema que desarrollaron los investigadores de la USP y la empresa desactiva el acelerador del autoelevador en el caso de que detecte alguna persona situada 8 metros por delante o por detrás del vehículo, o incluso a 2 metros por los laterales. De tal modo, el operador puede frenar con antelación. El sistema no actúa en el freno, porque una frenada brusca podría provocar un accidente mayor al caerse los pallets con botellas, por ejemplo, sobre otra persona. La detección del empleado cercano al autoelevador también enciende una luz en la cabina y emite una señal sonora (bip) que alerta al chofer.

Etiquetas de radiofrecuencia en el casco obligatorio

Léo RamosEtiquetas de radiofrecuencia en el casco obligatorioLéo Ramos

En el vehículo se instalan cuatro antenas RFID y cinco tags distribuidos en los cascos, cuyo uso es obligatorio para los empleados de los almacenes y fábricas. “Uno de los tags se ubica en la parte superior del casco para el caso en que un empleado se encuentre agachado, como cuando recoge algo del suelo, también pueda ser identificado”, dice João Francisco Toqueti, quien cuando se desarrolló el sistema era gerente regional de logística en la planta fabril de Guarulhos, en la región metropolitana de São Paulo. Actualmente se desempeña como gerente de logística de la región norte de Ambev, en Fortaleza, estado de Ceará. “La onda de radio que emiten las antenas activa el tag, que le devuelve la información de localización”, explica el profesor Hugo Yoshizaki, del CISLog de la Poli-USP. “la velocidad máxima de los autoelevadores es de 16 kilómetros por hora. El caso es que pesan, por término medio y sin carga, 3,5 toneladas, porque necesitan un lastre para contrabalancear el peso de la carga, sin tumbar”, dice Yoshizaki. “Por consiguiente, los accidentes con autoelevadores son muy peligrosos”.

Mejora en la seguridad
La firma Ambev no divulga el número de atropellos o accidentes en sus instalaciones donde intervienen los autoelevadores, pero los problemas son fáciles de explicar. “El autoelevador marcha en reversa cuando se encuentra cargado, una función que depende bastante de la destreza del conductor. A veces, marcha hacia el frente. Existe un reglamento, pero no siempre se respeta, tal como el uso del freno de mano. Queríamos una solución donde la seguridad no dependiera solamente del operador”, dice Toqueti. “Al final de 2012 comencé a buscar en el mercado una solución, pensando ya en la tecnología RFID”.

En colaboración con el CISLog/ USP, la primera etapa consistió en la búsqueda de alternativas en el mercado mundial. Algunos de los sistemas hallados contemplan, principalmente, un alerta sonoro. En uno de los más avanzados, la gente que circula a pié por el almacén debe portar un dispositivo que el autoelevador detecta y se prende una luz en el tablero del vehículo, además de sonar una bocina. Pero el dispositivo depende de una batería que necesita una recarga periódica y algunos usuarios olvidan ese procedimiento, lo cual perjudica el correcto funcionamiento del sistema. “Lo que buscábamos era algo que no necesitara recarga de baterías ni tampoco un aviso que advirtiera al operador. Queríamos que deshabilitara algo en el vehículo”, dice Toqueti.

LEDs que se encienden cuando se detecta un empleado a pié

Léo RamosLEDs que se encienden cuando se detecta un empleado a piéLéo Ramos

“Cuando Toqueti nos consultó, lo primero que hicimos fue plantear el problema e ir a ver lo que se estaba haciendo en todo el mundo. No había nada que utilizara RFID pasivo, una tecnología que resultó económica; cada etiqueta cuesta unos pocos centavos de dólar”, dice Yoshizaki. “Nuestro abordaje fue multidisciplinario, con investigadores y profesores e involucró a tres laboratorios de la Poli. La mayor dificultad se presentó con las interferencias electromagnéticas, el calibrado del sistema y en la interfaz mecánica con el autoelevador”.

Luego de un test conceptual exitoso en laboratorio, el sistema se instaló en dos autoelevadores de la fábrica en Guarulhos. Los resultados fueron positivos y entonces todos los vehículos de la fábrica comenzaron a utilizarlo para el final de noviembre de 2013. “Comprobamos que no se registró disminución de la productividad”, dice Toqueti. En 2014, otros almacenes de la compañía adoptarán el sistema y, en tres años, todas las instalaciones de Ambev en el país que utilicen autoelevadores operarán con el sistema RFID. La empresa no dio a conocer el monto invertido en esa operación, pero, en general, los gastos en logística de seguridad, sumaron 9 millones de reales en nuevos sistemas, herramientas, capacitación y estandarización de procedimientos. Eso condujo a una reducción del 45% en el número de accidentes laborales con cese de actividades del empleado. En cuanto al futuro del sistema, Ambev intentará negociar para que los fabricantes de autoelevadores puedan incorporar en la producción de esos vehículos la solución RFID. El impacto esperado en la seguridad laboral en almacenes es enorme, porque, como existe una patente, los fabricantes de todo el mundo podrán licenciar el sistema, expandiendo su uso más allá de la propia Ambev.

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