La Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en el Reino Unido, una de las más prestigiosas del mundo, reconoció en un comunicado oficial que no ha sido capaz de implementar políticas efectivas para combatir el racismo. La declaración fue en respuesta a un estudio divulgado en diciembre que halló pruebas de ese delito en la institución. A pedido de la propia escuela, los autores analizaron datos y documentos oficiales y entrevistaron a empleados y alumnos: entre los participantes no blancos, el 52 % manifestó haber sido víctima de racismo –o haber sido testigo de actos racistas– y que la institución no había tomado medidas tras las denuncias. Los empleados no blancos también refirieron haber tenido más dificultades para progresar en la carrera. Dos tercios de las personas blancas que se postularon para cargos de profesor adjunto entre 2017 y 2020 consiguieron el puesto, en comparación con un tercio de los no blancos. “Es difícil confrontar esos datos”, escribió en un comunicado el médico Liam Smeeth, director de la escuela británica. “Lo lamentamos profundamente y pedimos sinceras disculpas a todos los afectados”. La institución tenía previsto revisar su plan de equidad, diversidad e inclusión a finales de enero.
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