Una metodología desarrollada en el Instituto de Química de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) permite diferenciar, en tan solo 30 segundos, y sin necesidad de repetir el análisis, soja transgénica, normal y orgánica. La caracterización de los diferentes cultivares del grano es importante para obtener la certificación de origen del alimento, una exigencia formulada por varios países importadores del producto.
China, por ejemplo, uno de los mayores compradores mundiales, no permite la entrada de transgénicos en su territorio. Mediante la aplicación del nuevo método, el extracto de isoflavonas, sustancias existentes en la soja, es analizado en el espectrómetro de masas, un equipo que permite visualizar con precisión el universo molecular. Con base en un marcador químico, este aparato efectúa la diferenciación de los cultivares.
El resultado aparece en la pantalla de la computadora bajo la forma de gráficos y datos estadísticos. La principal ventaja de esta nueva metodología, según apuntan los investigadores implicados en el estudio, consiste en que da una respuesta directa, sin margen para las dudas. La técnica en uso actualmente, que utiliza la biología molecular, puede generar “falsos positivos”, lo que exige un nuevo análisis para su confirmación.
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