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Tercera edad

La dramática situación de los hogares de ancianos

El refuerzo del vínculo familiar es una de las prioridades de las ILPI

Matthias Zomer / Pexels

Según un estudio realizado por la Universidad Federal de Minas Gerais, que analizó 1.665 de las también llamadas Instituciones de Larga Permanencia para Ancianos (ILPI, en portugués), la situación de los hogares de ancianos públicos y de beneficencia en Brasil, en general no es buena. “Gran parte de estas instituciones no cumplen con las exigencias estipuladas por la normativa técnica de Anvisa [la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria]”, comenta Mirna Rodrigues Costa Guimarães, de la Secretaría de Salud del Estado de Minas Gerais. El estudio, que formó parte de su doctorado realizado en la UFMG, utilizó datos del censo del Sistema Único de Asistencia Social de 2018. Casi el 90 % de los hogares de ancianos no contaba con cuidadores suficientes para los residentes; el 82 % no cumplía con la totalidad de los requisitos de accesibilidad; el 48 % de las instituciones carecía de un coordinador con título universitario trabajando al menos 20 horas semanales en el lugar, y un 5,8 % registraba condiciones de hacinamiento. En el sudeste del país, el 19,1 % de las instituciones contaba con un equipo profesional interdisciplinario de salud; en la región norte, tan solo el 2,9 %. Un aspecto positivo: el 94 % de las instituciones promovía actividades para reforzar el vínculo familiar de los ancianos con sus parientes y mitigar el sentimiento de abandono y soledad. La población de ancianos residentes en ILPI, estimada en 1,3 millones, no deja de crecer. Entre 2010 y 2021, el grupo de personas con 60 años o más aumentó del 11,3 % al 14,7 % de la población, pasando de 22,3 millones a 31,2 millones (Ciência e Saúde Coletiva, julio de 2023).

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