Esa pequeña descarga eléctrica que casi todos hemos sentido al tocar principalmente metales luego de pisar una alfombra en un día frío y seco es el tipo de energía que investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia (Georgia Tech), en Estados Unidos, están utilizando para desarrollar generadores capaces de recargar celulares y hacer funcionar sensores autoabastecidos. Se valen para ello de la tribología, la ciencia que estudia el rozamiento, el desgaste y la lubricación. Los generadores triboeléctricos que están construyendo se basan en el intercambio de electrones entre dos materiales, uno que libera y otro que recibe, cuando se los frota. La repetición continua de ese proceso genera una pequeña corriente que puede aprovecharse mediante el empleo de electrodos instalados en el dispositivo. Este proceso ya era conocido, pero en lo que los investigadores liderados por el profesor Zhong Lin Wang innovaron fue en la forma de separación de ambos materiales, que conduce a un mejor aprovechamiento del flujo de la corriente eléctrica. Los científicos están utilizando para ese proceso, fundamentalmente, hojas de polímeros, pero también telas y papel. Desde el comienzo de los estudios, el equipo ha logrado aumentar 100 mil veces la densidad eléctrica de los generadores triboeléctricos. El estudio se publicó en la edición de noviembre de la revista ACS Nano.