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Astronomía

La noche en que el cielo se prendió fuego

Registro de tempestad geomagnética

British Geological SurveyRegistro de tempestad geomagnéticaBritish Geological Survey

Científicos colombianos hallaron evidencias de que un espectáculo de luces multicolor y de brillo deslumbrante iluminó la ciudad de Montería, en Colombia, durante la noche del 2 de septiembre de 1859. El origen de esas luces es el mismo de las auroras polares, que pueden divisarse en latitudes cercanas a los polos Norte y Sur: son emitidas cuando el Sol emite partículas cargadas eléctricamente que colisionan con la atmósfera de la Tierra. El 1º de septiembre de 1859, el astrónomo británico Richard Carrington observaba una mancha en la superficie del Sol cuando, repentinamente, un brillo extraordinario emanó de ella. Actualmente, los astrofísicos consideran que la eyección de masa de partículas cargadas del Sol está asociada a esa explosión, la mayor que se haya registrado. La eyección produjo auroras polares extraordinarias durante los dos días posteriores. Hay muchos relatos en los periódicos de la época refiriendo el avistamiento de esas auroras en países del hemisferio Norte mucho más allá del Círculo Ártico, donde normalmente aparecen. Se tenía conocimiento de ciudades de Cuba y Panamá que fueron testigos de esas auroras. Pero ahora, Freddy Cárdenas y Sergio Sánchez, del colegio Gimnasio Campestre, en Bogotá, junto con el astrónomo Santiago Domínguez, de la Universidad Nacional de Colombia, descubrieron un relato de esa aurora redactado en aquella época por el vicario José Inés Ruiz, de la catedral de Montería, ubicada más al sur que la ciudad de Panamá (Advances in Space Research).

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