La nueva Estación Antártica Comandante Ferraz, inaugurada el 15 de enero, tiene un diseño moderno y podrá albergar hasta a 64 personas. Ya están listos 14 de los 17 laboratorios previstos, que se utilizarán para realizar investigaciones en biología molecular, bioquímica y medicina. Y los tres últimos, destinados a estudios de meteorología, ciencias físicas y astronómicas, estarán concluidos en breve. La nueva base brasileña fue proyectada por el despacho de arquitectura Estúdio 41 y construida por la empresa china Ceiec, a un costo de 100 millones de dólares, a cargo del el Ministerio de Defensa de Brasil. Está ubicada en el mismo sitio que ocupaba la estación antigua: la península de Keller, en la isla Rey Jorge. La nueva base dispondrá de 4.500 metros cuadrados de área útil, casi el doble que la anterior, que funcionó de 1984 a 2012, cuando fue destruida por un incendio. Los científicos que trabajan en la Antártida o integraron el grupo de 45 personas, incluyendo autoridades del gobierno federal brasileño y militares, que participaron en la inauguración, están preocupados por las dudas en cuanto a la financiación de las investigaciones antárticas. El Programa Antártico Brasileño (Proantar), creado en 1982, sufrió recortes de presupuesto durante los últimos años. En 2018 el programa destinó 18 millones de reales para su utilización en las investigaciones en la región hasta 2022. “Nuestros recursos para investigar están garantizados hasta 2022”, le dijo a Pesquisa FAPESP el glaciólogo Jefferson Cardia Simões, coordinador general del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de la Criósfera, la institución responsable del 60% de la investigación brasileña en la Antártida. Para mantenerse estable y productivo a largo plazo, el programa necesitaría un aporte anual de 6 millones de reales, reveló Cardia Simões, en declaraciones a la revista Science.
Republicar