El ciclo del agua es uno de los primeros contenidos del área de ciencias que se enseñan en la escuela. Un diagrama representa la absorción del agua por las plantas, su transpiración, la condensación, la precipitación en forma de lluvia o nieve, la escorrentía o y la evaporación. En esa clase se aprenden los conceptos básicos de un interrogante que hoy en día nos preocupa sobremanera: ¿Brasil es cada vez más seco?
La aceleración del ciclo hidrológico como consecuencia del calentamiento global hace que fenómenos climáticos como las lluvias y las sequías sean cada vez más intensos. Además de ser testigo de la expansión del semiárido, Brasil cuenta por primera vez con una zona clasificada como árida, como muestra el artículo de portada de este número. Nuestro editor de ciencias exactas, Marcos Pivetta, y la colaboradora Renata Fontanetto mapean los estudios más recientes que revelan que la mayor parte del territorio nacional se está volviendo menos húmeda, incluyendo parte de la Amazonia, el bioma que alberga las mayores reservas de agua dulce del país.
Una película muda sobre la Amazonia filmada entre 1918 y 1920 que se consideraba perdida fue hallada más de un siglo después en el archivo cinematográfico nacional de la República Checa. La propia vida de su realizador, el cineasta lusobrasileño Silvino Santos, y la historia del largometraje en cuestión, Amazonas, maior rio do mundo [Amazonas, el mayor río del mundo], podrían ser un buen guion, como puede constatarse en el artículo.
Los estudios brasileños sobre temas como la Amazonia y el cambio climático se citan en documentos que proponen o analizan las políticas públicas de otros países, tales como Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania, incluso más que en Brasil. Una investigación realizada por la FAPESP pretende mostrar el impacto de estos estudios fuera del ámbito académico: además de los mencionados, también cobran relieve artículos firmados por autores de instituciones científicas del estado de São Paulo en temas tales como las enfermedades tropicales y los alimentos ultraprocesados.
Fue un investigador brasileño del área de la nutrición, el médico epidemiólogo Carlos Augusto Monteiro, quien planteó la idea de que el grado de procesamiento de los alimentos podía contribuir al aumento de peso. Su grupo propuso la clasificación Nova, compuesta por cuatro categorías: alimentos no procesados o mínimamente procesados, ingredientes culinarios procesados, alimentos procesados y los llamados ultraprocesados. Estos últimos son fórmulas de compuestos químicos y no alimentos propiamente dichos, y se los diseña artificialmente para ser baratos y de sabor intenso.
En una entrevista concedida Pesquis FAPESP, Monteiro habla del impacto de los ultraprocesados sobre la salud. Las investigaciones realizadas en su centro han demostrado que la obesidad es más frecuente entre quienes mantienen una dieta profusa en este tipo de alimentos, lo que ha sido corroborado por estudios a largo plazo efectuados por otros grupos de científicos. El epidemiólogo es el investigador brasileño con más artículos científicos citados en 2023, según una clasificación internacional.
En marzo, la OMS dio a conocer los resultados de un estudio que apunta que en el mundo hay más de 1.000 millones de obesos. Las conclusiones de este trabajo, en el que participaron 1.500 investigadores, brasileños inclusive, salieron publicadas en un artículo en la revista científica The Lancet. E indican que la obesidad entre la población adulta ha aumentado casi en la totalidad de los 190 países investigados, duplicándose, en promedio, entre las mujeres y triplicándose en el caso de los varones. Según Monteiro, el mundo se encamina hacia un escenario en el que la obesidad, una enfermedad crónica y multicausal, se convertirá en la nueva normalidad.
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