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Zoología

La oferta de alimentos condiciona la reproducción de las águilas brasileñas

En cuatro especies de aves de rapiña, el factor que más influyó sobre el período reproductivo fue la disponibilidad de presas y no las oscilaciones ambientales

Adulto y cría de una arpía menor, que se reproduce todo el año, en un patrón similar al del águila coronada

Willian Menq

Cuando el veterinario Ricardo José Garcia Pereira, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de São Paulo (FMVZ-USP), prestaba consultoría sobre reproducción de aves al Zoológico de São Paulo, notó que algunas águilas ponían huevos en distintas épocas del año. Entonces, junto al biólogo Marcel Henrique Blank, quien realizaba una pasantía posdoctoral bajo su supervisión, decidió investigar los factores ecológicos que influyen sobre el período de apareamiento de cuatro especies de águilas brasileñas que habitan en las selvas de América Central y del Sur, según se describe en un artículo publicado en marzo en la revista Scientific Reports.

“Al contrario de lo que ocurre con las aves del hemisferio norte, que generalmente tienen sus crías en primavera, las cuatro especies mostraron tres patrones diferentes”, resume Garcia Pereira. Los resultados indican que el águila harpía o arpía mayor (Harpia harpyja), una de las águilas más grandes del mundo, se reproduce todo el año, pero principalmente cuando los días son cortos; el águila crestuda negra, conocida también como águila azor negra o águila tirana (Spizaetus tyrannus), cuando los días son más largos, y el águila coronada –o crestuda real– (Spizaetus ornatus) y la arpía menor o águila monera (Morphnus guianensis), todo el año. Aunque algunas de estas cuatro especies son consideradas gavilanes, técnicamente son todas águilas, debido a su mayor tamaño.

“El factor que mejor ha explicado el período reproductivo de cada especie ha sido la diversidad de presas que consume cada una”, dice el ecólogo Lucas Ferreira do Nascimento, uno de los autores del artículo, quien cursa su doctorado en el Instituto de Biociencias de la USP. Entre las harpías, la reproducción probablemente coincide con la de los perezosos y los monos, cuando pueden atrapar una mayor cantidad de sus presas predilectas. En cambio, las águilas que cazan una gran variedad de pequeños mamíferos, aves y reptiles se reproducen todo el año. “En ninguna de las cuatro especies se observó una relación nítida entre el período reproductivo y la duración del día, la temperatura o la cantidad de lluvia”, destaca Ferreira do Nascimento.

El equipo de Garcia Pereira recopiló datos de 414 nidadas, incluyendo la ubicación y la fecha de la puesta de los huevos, procedentes de 25 zoológicos de todo el mundo. También analizaron fotografías del sitio web WikiAves, una plataforma colaborativa gestionada por ornitólogos y observadores de aves, y las utilizaron para deducir la fecha de postura de los huevos, teniendo en cuenta la edad estimada del polluelo y el tiempo promedio de incubación de los huevos de la especie.

Los investigadores consultaron bancos de datos para determinar, en la época de cada nidada, la temperatura, las precipitaciones y la duración del día, lo que se conoce como fotoperíodo, que en el verano es mayor y en invierno menor. Luego realizaron un estudio bibliográfico de los tipos de presas de cada especie y su cantidad a lo largo del año. Según Garcia Pereira, fue la primera vez que se estableció una correlación entre la reproducción de las grandes aves rapaces neotropicales y los factores ambientales.

Incluso con el suministro permanente de comida en cautiverio, los datos del artículo indican que el águila harpía y el águila crestuda negra mantuvieron sus preferencias por el mismo período reproductivo que tienen los ejemplares de vida libre. Para Garcia Pereira, es posible que, entre los antepasados de estas águilas, los ejemplares programados para reproducirse en un determinado período pudieran obtener más alimento para sus crías. Con el tiempo, este comportamiento habría quedado impreso en sus genes.

El estudio también apunta que la cercanía evolutiva no implica que los períodos reproductivos sean similares. El águila crestuda negra y el águila coronada, aunque pertenecen al mismo género (Spizaetus), tienen patrones de apareamiento diferentes. En cambio, el águila coronada y el águila monera, cuyo parentesco es menor, presentan un patrón similar. Garcia Pereira subraya que es aún más arriesgado comparar la reproducción de las aves del hemisferio norte, que han sido más estudiadas, con las de las regiones tropicales, ya que se trata de animales aún más distantes desde el punto de vista evolutivo.

“Como aquí las estaciones del año no fluctúan tanto, no hay razón para que la estación reproductiva de la mayoría de las especies sea tan estricta”, explica el investigador. Según él, la reproducción de las aves tropicales también puede ser estacional, pero la influencia de las lluvias o de la disponibilidad de alimento es mayor, a menudo equiparando o superando el efecto de la duración de los días. “Demostramos que, en ocasiones, no se puede simplemente extrapolar el conocimiento de un grupo de aves a otros. Es necesario estudiar cada grupo”.

“Es un estudio importante, ya que el comportamiento reproductivo de estos animales es poco conocido”, subraya el ornitólogo y analista ambiental Willian Menq, autor del libro intitulado Aves de rapina do Brasil [Aves de rapiña de Brasil] y presentador del canal de YouTube Planeta Aves. Según él, se trata de animales raros porque cada pareja de águilas ocupa una gran área de la selva para conseguir presas y mantener a sus polluelos, lo que dificulta mucho los estudios de campo. En un estudio realizado con harpías, se halló un máximo de cinco nidos cada 100 kilómetros cuadrados, una superficie algo mayor que la de la ciudad de Vitória, la capital del estado de Espírito Santo. “Con base en datos indirectos, los autores pudieron sortear este problema”, dice Menq, quien, como investigador, no está vinculado a ninguna universidad, pero es uno de los máximos expertos en águilas brasileñas, según el ornitólogo Luís Fábio Silveira, vicedirector del Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo (MZ-USP).

La reproducción de águilas en cautiverio constituye todo un reto, pues ellas forman parejas, generalmente monógamas, luego de un complejo ritual de reconocimiento, que puede funcionar o no. Las águilas suelen criar tan solo un polluelo cada dos años, por lo que su multiplicación es lenta. Las harpías, por ejemplo, empollan sus huevos durante 56 días y los polluelos permanecen en el nido entre 8 y 12 meses.

La bióloga Fernanda Junqueira Vaz, responsable del Sector de Aves del Zoológico de São Paulo, quien durante su maestría trabajó con Garcia Pereira, relata que, durante el proceso de reconocimiento, mantuvo a una pareja de águilas coronadas separada por una barrera visual, de modo que el macho y la hembra no podían verse. Durante seis meses, solo tuvieron contacto vocal.

“El riesgo de agresividad es grande, generalmente en detrimento de los machos, cuyo tamaño es menor”, dice Junqueira. El acercamiento fue exitoso y la pareja ha criado 12 polluelos desde su primer encuentro, en 2005. Sin embargo, una yunta de harpías, solamente produjo huevos infértiles, y otra pareja no logró establecer una unión.

“El conocimiento sobre la época reproductiva de las águilas será de ayuda”, dice Junqueira. Existen técnicas de inducción, como la que se utiliza en la cría de aves de corral, con luces artificiales para simular el aumento de la duración de los días característico de la primavera. Para introducir en la naturaleza a las águilas nacidas en cautiverio, aún queda el reto de hallar selvas preservadas, el único hábitat en el cual sobreviven y donde suelen construir sus nidos en las copas de los árboles más altos.

Artículos científicos
BLANK, M. H. et al. Ecological drivers of breeding periodicity in four forest neotropical eagles. Scientific Reports. v. 13, 4385. 16 mar. 2023.
MIRANDA, E. B. P. Long-term concentration of tropical forest nutrient hotspots is generated by a central-place apex predator. Scientific Reports. v. 13, 4385. 17 mar. 2023.

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