La sequía que afectó al nordeste brasileño entre 2012 y 2017 fue la más intensa, extendida y perdurable que sufrió esa región desde 1980. Esa conclusión surge de dos estudios que efectuó el Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (Cemaden), en los cuales se analizaron la severidad, frecuencia y duración de los períodos de escasez de agua en el nordeste durante casi 40 años (International Journal of Climatology, febrero de 2018, y Anais da Academia Brasileira de Ciências, agosto de 2017). Entre 1980 y 2010, pocas áreas resultaron afectadas por una sequía cuya duración fuera superior a cuatro años. Entre 2012 y 2017, todos los estados de la región padecieron la sequía más intensa de las últimas décadas, que afectó a más del 50% del nordeste, principalmente en los sectores del centro y sur de la zona. La severidad y la duración de la sequía en la región se incrementaron progresivamente desde el inicio de los años 1980, causando durante todo ese período pérdidas para la agricultura que se estimaron en 3.600 millones de reales y para la ganadería, de 3.200 millones de reales. Entre 2011 y 2015, el gobierno federal brasileño decretó en 6.295 oportunidades el estado de emergencia pública en municipios del nordeste, en función de la sequía.
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