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Buenas prácticas

La sombra del fraude en una investigación sobre células madre

ViscaLos Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés), que juntos constituyen la principal organización de apoyo a la investigación biomédica de Estados Unidos, determinaron la interrupción temporal de los test de una terapia con células madre en pacientes con insuficiencia cardíaca mientras se analiza nuevamente la base científica de dicho tratamiento. Esto ocurre porque una investigación que se llevó a cabo en la Escuela de Medicina de la Universidad Harvard y en el Hospital Brigham and Women, en Boston, determinó que uno de los científicos que la desarrollan, el médico ítaloestadounidense Piero Anversa, falsificó y/o inventó datos publicados en 31 artículos científicos relacionados con la terapia. En el mes de abril de 2017, el hospital ya había pactado un acuerdo de pago por 10 millones de dólares al gobierno federal, inclinándose ante las evidencias de que Anversa envió informaciones fraudulentas para solicitar financiación, tales como imágenes obtenidas por microscopía confocal adulteradas y datos falsos sobre la edad de las células.

Anversa ganó notoriedad al comienzo de la década de 2000 al proponer que el corazón podría regenerarse a partir de células madre sanguíneas. Su línea de investigación tuvo una gran repercusión y motivó que médicos de diversas instituciones testearan su viabilidad. El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y las Sangre de Estados Unidos (NHLBI, por sus siglas en inglés), responsable de la investigación dejada en suspenso por los NIH, dejó en claro que el experimento involucra a científicos de otros laboratorios y no solo al grupo de la Universidad Harvard al cual se lo vincula a Anversa. “La interrupción, sin embargo, permitirá que la comisión analice el estudio y asegure que el mismo siga cumpliendo los más altos niveles de apego a la seguridad y a la integridad de los participantes”, declaró David Goff, director de la división de ciencias cardiovasculares del NHLBI al periódico The Washington Post.

En los últimos años, varios grupos fracasaron en su intento de replicar los resultados de Anversa, lo cual suscitó las sospechas de que había algo erróneo en sus prácticas. Charles Murry, de la Universidad de Washington, y Loren Field, de la Universidad de Indiana, publicaron en 2004 un artículo en la revista Nature demostrando que, a diferencia de lo que había dicho Anversa, las células madre de la médula ósea no se transformaban en células cardíacas. En sus artículos, Anversa había descrito experimentos que indicaban que las células madre adultas de la médula ósea, inoculadas en el corazón de ratones, habrían originado, aparte de vasos sanguíneos, células cardíacas que reconstituyeron un 70% del área dañada en casos de infarto. La desconfianza en cuanto a los trabajos del médico motivó que la Universidad Harvard, adonde el investigador médico se había trasladado en 2007, iniciara una averiguación al respecto algunos estudios y solicitara la retractación de algunos papers. Anversa se declara inocente y acusa a un colaborador de haberlo traicionado, alterando datos de investigación. “Soy un hombre de 80 años que trabajó toda su vida intentando producir estudios de alto impacto contra la insuficiencia cardíaca”, dijo el investigador, en una entrevista que le concedió al periódico The New York Times. “Ahora estoy aislado.”

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