Era el despertar de un sueño. De un sueño con el impulso del sacerdote portugués António Vieira en el siglo XVII: la esperanza profética de un “Quinto Imperio”, inspirada en el libro bíblico de Daniel, considerado apocalíptico por abordar los acontecimientos relacionados con el fin del mundo. Vieira creía que, tras los dominios de los asirios, los persas, los griegos y los romanos, era el momento del último reino en la Tierra: el Imperio Portugués. A esa trama ultramarina se dedicó el historiador Luís Filipe Silvério Lima, profesor de Historia Moderna desde 2007 en la Escuela de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), con sede en el campus de la ciudad paulista de Guarulhos. “En el siglo XVII occidental, fundamentalmente en el europeo, el sueño era una idea sumamente poderosa para explicar el propio mundo. Era una metáfora de la vida. Diversos autores, entre ellos dramaturgos, filósofos, políticos, curas, pintores y poetas, se valían del sueño para dotar de sentido a la realidad”, dice Silvério Lima.
Durante sus estudios, el historiador observó conexiones entre la idea del Quinto Imperio propuesta por Portugal y la Quinta Monarquía ideada en Inglaterra, e inició un nuevo proyecto de investigación referente a interpretaciones y lecturas de las profecías en el siglo XVII. “En la época de la elaboración del proyecto, se discutían mucho los límites metodológicos de la historia comparada. Se proponían otros abordajes que permitieran pensar más allá de las fronteras nacionales, tales como las historias conectadas, las historias cruzadas y enmarañadas. De este modo, y a partir de estas perspectivas, apunté a detectar posibilidades de conexiones entre Portugal e Inglaterra en ese período, alrededor de las expectativas proféticas y los proyectos de Quinta Monarquía que, casi simultáneamente, aparecieron durante la Restauración Portuguesa y la Revolución Inglesa”, explica el investigador, autor de Padre Vieira: Sonhos proféticos, profecias oníricas. O tempo do Quinto Império nos sermões de Xavier Dormindo (Humanitas, 2004) y O império dos sonhos: Narrativas proféticas, sebastianismo e messianismo brigantino (Alameda, 2010), despliegues respectivamente de su tesina de maestría y de su tesis doctoral, dirigidas ambas por José Carlos Sebe Bom Meihy y defendidas en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo.
El rabino y el cura
En ese contexto, Silvério Lima detectó que Holanda constituía el espacio privilegiado para vincular a Portugal e Inglaterra. “Esto es significativo, por ejemplo, en el rol que le cupo al rabino Menasseh Ben Israel, un judío de origen portugués que vivió durante la primera mitad del siglo XVII”, ilustra. Menasseh era de familia cristiana nueva portuguesa: cristianos de origen judío convertidos al catolicismo a la fuerza. Al igual que muchos judíos radicados en países católicos como Portugal y España, Menasseh migró a Francia y luego a Holanda para reconvertirse al judaísmo. Allí ayudó a fundar la Talmud Torá, también conocida como Sinagoga Portuguesa. En los tiempos dominados por el catolicismo, Ámsterdam era una de las ciudades en donde se podía vivir “públicamente” como judío. “Era un puerto relativamente seguro para aquéllos que quisieran profesar la fe judía. Muchos cristianos nuevos portugueses fueron a parar allí, huyendo o no de la Inquisición.”
El rabino Menasseh Ben Israel se convirtió en una referencia para católicos y protestantes, reconocido por sus conocimientos bíblicos. Dialogó con otros exponentes de la época, como el jesuita António Vieira, con quien en cierta oportunidad mantuvo, durante un encuentro, una extensa charla sobre el fin del mundo, un tema dominante en las discusiones entonces imperantes. Menasseh también suscitó interés en importantes círculos políticos, como los de Vasco Luís da Gama, el conde de Vidigueira, luego marqués de Nisa, descendiente directo del almirante portugués que descubrió el camino marítimo hacia las Indias en el siglo XV. Esos círculos estaban preocupados, entre otras cosas, con el papel posible de los judíos en la restauración de la independencia de Portugal de 1640, con la nueva dinastía de João IV de Bragança, y ponían de relieve el impacto negativo de los tribunales del Santo Oficio contra los cristianos nuevos, algunos de ellos importantes mercaderes. “La cuestión tenía una dimensión religiosa y teológica, pero también política”, pondera.
A partir de sus investigaciones en los archivos de Ámsterdam, Lisboa, Londres y Washington, el historiador estableció conexiones que permiten comprender las inquietudes religiosas y políticas del siglo XVII, dominadas por una idea principal: la esperanza. Entre 1649 y 1650, Menasseh Ben Israel escribió el pequeño tratado intitulado Miqveh Israel. Esperança de Israel, debido al interés de los milenaristas ingleses en el supuesto “descubrimiento”, relatado por el cristiano nuevo Antonio de Montesinos, de una de las 10 tribus perdidas de Israel en la América española, más específicamente en la Amazonia. En la interpretación de las páginas bíblicas, se indicaría la venida del Mesías, la instauración del Quinto Imperio y, de este modo, la inminencia del fin del mundo. La “noticia” parece no haber conmovido particularmente a la comunidad de los judíos portugueses residentes en Holanda, pero movilizó a los protestantes de Inglaterra. El libro do rabino fue traducido al latín (Spes Israelis) y al inglés (Hope of Israel). “América era el nuevo mundo, una tierra aún desconocida que se ‘encajaba’ perfectamente en la profecía. ¿Quiénes eran esos americanos? ¿Eran o no descendentes de judíos? Si la Biblia tenía todas las respuestas, pero no había en ella menciones a América, ¿Quiénes eran entonces esos pueblos?”, dice el investigador, reflejando las cuestiones que intrigaban a las figuras de aquel período. “Eso concitó las atenciones del mundo protestante, pues algunos milenaristas ingleses pensaban que también sería posible que los indios del norte de América fuesen descendentes de las tribus israelitas, sumadas a las supuestamente halladas en la Amazonia. En parte debido a estas discusiones, se pasó a reconsiderar la readmisión de los judíos en Inglaterra.”
Esperanza
Además del tratado Esperança de Israel, impreso en Holanda, otros escritos de la época se pautaran por la esperanza profética, y se tradujeron en proyectos políticos distintos. En Portugal, la carta Esperanças de Portugal, escrita por el padre António Vieira en 1659, consolando a la reina en razón de la muerte del rey João IV, anunciaba su resurrección y el inicio del reino de Cristo en la Tierra con el Quinto Imperio portugués. En Inglaterra, el panfleto Door of hope, documento de autoría desconocida divulgado en 1661, anunciaba el reino de los santos para derribar al rey Charles II, recién restaurado en el trono inglés, convocando a un levantamiento por la Quinta Monarquía, liderado por el tonelero Thomas Venner.
Un punto en común de esos escritos era la fuente bíblica: las visiones y los sueños del libro de Daniel sobre los cinco reinos. Sin embargo, según Silvério Lima, eran diferentes interpretaciones, que servían a distintas propuestas y diferentes justificaciones teórico-ideológicas de intervenciones políticas. “La discusión teológica tenía un rebatimiento político muy fuerte. En el fondo, la cuestión era ésta: ¿cuál es el espacio de la acción humana para un proyecto de Dios? ¿Cuál es el cálculo político posible? Parafraseando una narrativa de Vieira: el capitán se atrasó y no llegó a tiempo al puerto, por eso el barco demoró y la flota se retrasó, y así la escuadra no llegó a tiempo a la India y no logró prestar socorro a un fuerte, y así se perdió el dominio del campo, se perdió el dinero y, por último, se perdió el imperio. Es decir, el imperio sería un proyecto divino, pero la acción humana era importante para plasmarlo”, ejemplifica.
En los tres casos –Portugal, Inglaterra y Holanda–, la esperanza era la palabra clave. En la investigación iconográfica, el historiador descubrió también alegorías, emblemas y símbolos de la esperanza intrínsecamente relacionados con el mar domado por las navegaciones. En el transcurso de los siglos XVI y XVII, la esperanza estaba retratada con una mujer y un ancla, que simbolizarían un puerto seguro y, al mismo tiempo, una brújula para atravesar los mares tempestuosos. “Al fin y al cabo, la esperanza era una virtud que implicaba la ‘espera’ de algo. Para los cristianos católicos y protestantes, era la espera de la segunda venida de Cristo, de la salvación o del Juicio Final. Para los judíos, era la venida del Mesías”, dice Silvério Lima. “En la bibliografía, muchas veces los vocablos ‘mesianismo’ y ‘milenarismo’ se emplean indistintamente. Pero existen diferencias”, dice el investigador. Se le dice “mesianismo” al retorno del Mesías. En tanto, el “Milenarismo” se refiere a la vuelta de Jesucristo para instaurar un reino de mil años en la Tierra o millenium. En el siglo XVII, los movimientos del Quinto Imperio portugués y de la Quinta Monarquía inglesa se fundamentaban en esos pensamientos proféticos. No obstante, esas diferencias entre mesianismo y milenarismo, advierte el investigador, no son tan importantes u operativas para la investigación.
A partir de ese proyecto de estudio, culminado en 2014, Luís Filipe Silvério Lima desplegó otras iniciativas. Por un lado, pretende escribir un nuevo libro sobre las consideraciones ya desarrolladas. Por el otro, en la Unifesp, consolidó el Grupo de Investigación CNPq Poder y Política en la Época Moderna. El objetivo del mismo es estimular otros estudios y consolidar el área de Historia Moderna en el campus de esa universidad federal. También de ese proyecto salió un coloquio en 2012 sobre mesianismo en el mundo ibérico, que resultará en un libro publicado en el exterior, organizado junto a la profesora Ana Paula Megiani, de la Universidad de São Paulo (USP).
Proyecto
Las interpretaciones y las lecturas de las profecías de los cinco reinos en el siglo XVII (nº 09/ 53257-3); Modalidad Joven Investigador; Investigador responsable Luís Filipe Silvério Lima (EFLCH-Unifesp); Inversión R$ 93.023,00 (FAPESP).