Un estudio publicado en la revista PLOS Biology indica que la investigación biomédica se está volviendo más abierta y transparente. En ese trabajo, publicado en la edición de noviembre de la revista, se analiza el contenido de 149 artículos publicados entre 2015 y 2017 y surge que el 69% proporcionó información sobre la fuente de financiamiento, el 65% mencionó si los autores tenían o no algún conflicto de intereses relacionado con la investigación y el 20% puso sus datos a disposición del público. Estas tasas fueron mucho más bajas, en algunos casos insignificantes, en un estudio de 441 artículos publicados entre 2000 y 2014.
Para Joshua Wallach, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Yale y uno de los autores de la investigación, el comportamiento más abierto de la comunidad de investigación biomédica parece bastante prometedor. “Hay razones para ser optimista”, declaró a la revista Nature. Wallach también atribuye el cambio a un nuevo nivel de exigencias de las revistas científicas, que ahora han pasado a solicitar declaraciones de conflictos de intereses y de financiación para evitar sesgos, o han adoptado políticas para la distribución de datos. Wallach señala que el acceso a los datos y protocolos es esencial para que otros investigadores puedan replicar los resultados obtenidos. “Las declaraciones de distribución de datos muestran que esta cultura está cambiando”, dijo.
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