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Ecología

Las plantaciones de palma aceitera se multiplican en Pará

Las grandes plantaciones de Elaeis guineensis pueden ser perjudiciales para la biodiversidad

Zineb Benchekchou / EMBRAPA

Las plantaciones de palma aceitera (Elaeis guineensis) no han cumplido con la meta propuesta hace unos 10 años en los planes gubernamentales que apuntaba a reducir la superficie de tierras degradadas y permitir la recuperación de aquellas ocupadas por la vegetación autóctona en la Amazonia brasileña. Tras haber inspeccionado las formas de ocupación de una cuenca hidrográfica de 765,65 kilómetros cuadrados (km2) en la región de Tome-Açu, en el estado de Pará, investigadores del Museo Paraense Emílio Goeldi (MPEG) y de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), constataron que el área ocupada por el bosque primario se redujo aproximadamente a la mitad (140,7 km2), y la de capoeira −un término de origen tupí que designa a la vegetación arbustiva secundaria, la que nace en los lugares donde antes hubo bosque− se amplió casi al doble (156,6 km2) entre 2002 y 2018. Desde 2010, cuando comenzaron a plantarse, las plantaciones de palma aceitera se han multiplicado por 27 y en 2018 ocupaban 91,8 km2. Al cabo de 16 años, han cubierto casi la mitad (el 48 %) de la superficie de bosque primario, que ya había sido talada y anteriormente estaba ocupada por pasturas y capoeira. “La palma aceitera está considerada por ley como una especie de bajo impacto, importante para restaurar áreas degradadas, ya que crece bien en suelos improductivos con escaso abono, pero en plantaciones a gran escala puede ser perjudicial para la conservación de la biodiversidad y la dinámica social”, comenta la ecóloga Ima Vieira, del MPEG (Biological Conservation, julio; Plant Ecology and Diversity, febrero de 2020).

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