La mayoría de los refugiados que llegaron al país han completado la escuela secundaria (un tercio completó la educación superior) y están trabajando, indica una investigación realizada por estudiosos de la Cátedra Sérgio Vieira de Melo, que reúne a miembros de diferentes instituciones brasileñas, en asociación con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Los datos se obtuvieron en entrevistas realizadas a 487 personas que viven en el distrito federal y en siete Estados brasileños (Amazonas, Minas Gerais, Río de Janeiro, São Paulo, Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul), donde el 94% de los extranjeros están bajo la protección del Estado brasileño. Coordinada por la Universidad Federal de Paraná (UFPR), la encuesta indica que los refugiados tienen una educación superior al promedio de la población brasileña (donde sólo el 26% de los brasileños completó la escuela secundaria). A pesar de la escolarización, la mayoría de los que tienen educación superior no consigue revalidar su diploma en Brasil. Cuatro de cada cinco tienen ingresos inferiores a 3.000 reales, y el 41% ha sufrido discriminación. Pese a las dificultades, al 96% le gustaría obtener la nacionalidad brasileña. De los 487 encuestados, 153 procedían de Siria y 116 de la República Democrática del Congo. Casi la mitad de ellos declaró ser de género masculino, el 83% llegó al país después del 2010 y el 46% son negros. Según el Acnur, Brasil cuenta con casi 10.000 refugiados (5.100 con registro activo). La desactivación se produce cuando adquiere la nacionalidad brasileña, con el cambio de país o con su fallecimiento.
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