Un grupo de investigadores de Brasil, Hungría, Irlanda y Noruega llevó adelante una investigación en bases de datos de revistas científicas en busca de alusiones en inglés para “ética en la investigación” e “integridad en la investigación”. Este trabajo, que salió publicado en abril en la revista BMC Medical Ethics, reveló el interés de la literatura académica por los casos de mala conducta y otras transgresiones. Sobre un total de 14.719 registros hallados en plataformas tales como PubMed, Web of Science y Scopus, se seleccionaron 238 ejemplos que contenían una descripción de los problemas y se ajustaban a la búsqueda del trabajo para analizarlos. La mayoría de los casos (el 44,9 % del total) aludían a fraudes y falsificaciones. El incumplimiento de las normas legales o regulatorias aparecían en segundo lugar, con un 15,7 %, seguido por la negligencia en la seguridad de los pacientes (un 11,1%), plagios (un 6,9 %), entre otros. Algo más del 80 % de los casos se concentraron en las ciencias médicas y de la salud, figurando en segundo lugar las ciencias naturales (un 11,5 %). A continuación, aparecen las ciencias sociales (un 4,3 %), ingenierías (un 2,1 %) y humanidades (el 1,3 %). Las sanciones más frecuentes fueron la retractación del artículo científico (un 45,4 %) y la revocación de la financiación (un 35,5 %). El estudio, cuya autora principal es la brasileña Anna Catharina Vieira Armond, quien realiza el doctorado en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Debrecen, en Hungría, determinó que el fraude y la falsificación de datos están sobredimensionados en la literatura académica, y esa percepción puede desviar la atención de la comunidad científica de otras diversas formas de mala conducta que también son significativas.
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