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Buenas prácticas

Mala conducta en resúmenes sobre mala conducta

Zé VicenteLos organizadores de la 6ª Conferencia Mundial sobre Integridad Científica, programada para junio en Hong Kong, fueron sorprendidos por la advertencia de uno de los 30 revisores encargados de evaluar los trabajos presentados por los participantes del evento: uno de los resúmenes tenía indicios de plagio. Se decidió someter a todos los resúmenes al análisis del software Turnitin, que detecta similitudes, y se observó que el problema era bastante mayor. Se encontraron 12 casos con sospecha de plagio y 18 de autoplagio, que es la reproducción en un trabajo científico de fragmentos copiados de textos anteriores del mismo autor. La proporción de pasajes repetidos varió entre un 37% y un 94% en los resúmenes.

En los casos de autoplagio, la organización optó por rechazar todos los textos para presentaciones orales, pero hacerlos elegibles para su exposición en el formato de póster. Ocurre que ello no configuraba una irregularidad. En la convocatoria pública para la presentación de trabajos, no constaba ninguna restricción a manuscritos cuyos resultados ya hubieran sido resultados, entera o parcialmente. Además, el formato de resumen no permitía citar artículos. “En futuras conferencias, preguntaremos explícitamente si el contenido es inédito y dejaremos lugar para las referencias”, escribieron los coorganizadores del evento, Lex Bouter, Daniel Barr y May Har Shan, en un texto divulgado en el sitio web Retraction Watch.

Entre los 12 casos sospechosos de plagio, cinco habían sido rechazados por los revisores por tener baja calidad o situarse fuera de la temática de la conferencia. Curiosamente, el plagio era el tema abordado en dos de ellos. Los autores de todos los trabajos fueron interpelados. Seis se eludieron de responder y uno solicitó que retiraran el resumen sin justificación. Entre los que enviaron explicaciones, dos eran marido y mujer e informaron que tenían autorización el uno del otro para reutilizar los resultados presentados en la conferencia anterior, realizada en Ámsterdam en 2017. En uno de los casos, se trató de culpar al equipo técnico de la propia conferencia. Otros dos comprobaron que los fragmentos copiados provenían de trabajos anteriores de ellos mismos. Estos fueron reclasificados como autoplagio, mientras que todos los demás fueron rechazados. El balance final contabilizó un 2% de casos de plagio y 5% de autoplagio entre los resúmenes presentados. “Está claro que el plagio no está permitido, pero la importancia de evitar el autoplagio es menos obvia”, observaron los tres coorganizadores. Una ponencia en conferencia, explican, a menudo se refiere a un trabajo preliminar, cuyos resultados siguen siendo analizados y perfeccionados hasta que generan un artículo científico. “No sabemos con qué frecuencia los autores envían resúmenes idénticos a distintas conferencias. Pero creemos que, en caso de que ocurra, debe informarse a los revisores y a los participantes en el evento.”

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