La fragmentación del hábitat tiene efectos dramáticos no solamente entre los animales terrestres, sino también entre los acuáticos. Expertos de la Agencia de Evaluación Ambiental y de las universidades de Radboud y Leiden, en los Países Bajos, y de Leipzig, en Alemania, evaluaron el efecto de 31.780 represas hidroeléctricas en todo el mundo sobre el área de distribución geográfica de 7.369 especies de peces de agua dulce. Más de la mitad de las especies perdieron parte de los lugares en donde vivían. Para 74 especies de peces de Brasil, China, India, Estados Unidos, Sudáfrica y la costa este del mar Adriático, más del 50 % del área de distribución geográfica está potencialmente perdida, incluyéndose la de 18 especies en peligro de extinción. El impacto de las represas puede duplicarse o cuadriplicarse si se consideran represas grandes y pequeñas, en comparación con los efectos causados únicamente por las grandes, con una altura mínima de 15 metros (m). En Brasil, la adición de pequeñas represas a las grandes –especialmente en las cuencas de los ríos Amazonas, Tocantins y Paraná –, aumenta la pérdida de área de distribución geográfica del 3,7% al 8,3%, reduciendo las poblaciones de peces hasta en 4.232 kilómetros cuadrados (km2). Según este estudio, la adición de pequeñas represas puede provocar la potencial extinción de seis especies, entre ellas dos tipos de bagres (Glanidium catharinensis e Hypostomus kuarup), madrecita (Cnesterodon omorgmatos), pez gato (Hemiancistrus megalopteryx), pez anual (Melanorivulus pinima) y sardina de río (Characidium satoi), con áreas de existencia de hasta 1.500 km2 (Global Change Biology, 1º de febrero).
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