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BUENAS PRÁCTICAS

Negligencia y mala conducta en experimentos coordinados por un astronauta japonés

La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (Jaxa) divulgó en noviembre los resultados de una auditoría en la que se detectaron diversos tipos de mala conducta en una investigación sobre medicina espacial. Se llevó a cabo un monitoreo sobre grupos de personas trabajando en ambientes cerrados por espacio de dos semanas para evaluar sus niveles de estrés y bienestar mental en la situación de confinamiento típica de los viajes al espacio. Entre 2016 y 2017 se realizaron algunas rondas de experimentos, pero hasta ahora no se ha publicado ningún resultado científico.

La averiguación determinó que se falsificaron datos en cinco entrevistas atribuidas a las personas involucradas en los experimentos, pero que jamás se hicieron. El hallazgo fue obra de un evaluador independiente, quien no halló registros de las conversaciones. También hay indicios de adulteración de datos y se comprobó que los responsables del estudio no habían solicitado a algunos participantes su “consentimiento informado”, a través del cual se les informa acerca de sus derechos, en la eventualidad de que surjan daños físicos o mentales relacionados con la investigación, y el uso de sus datos. “El manejo descuidado de la información y la gestión inadecuada de la investigación minaron por completo el valor científico del estudio”, definió el vicepresidente de Jaxa, Hiroshi Sasaki, a cargo de la Dirección de Tecnología de Vuelos Espaciales Tripulados de la institución, en una conferencia de prensa donde detalló los resultados de la investigación.

El caso adquirió proporciones de escándalo nacional porque el supervisor de los experimentos fue el médico Satoshi Furukawa, un famoso astronauta japonés de 58 años que pasó 165 días en órbita a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISI), entre junio y noviembre de 2011. No hay pruebas de que él haya participado directamente en las prácticas irregulares, pero, según Sasaki, le cabrá una medida disciplinaria por ser la persona a cargo de coordinar la investigación y velar por su integridad.

No obstante, una eventual sanción no incidirá en el nuevo viaje de Furukawa a la ISS para el que ha venido preparándose y que tendrá lugar en 2023. La agencia espacial japonesa tiene derecho a un 13 % del tiempo de uso y de la tripulación de la ISS, y ha ido ampliando sus colaboraciones con la Nasa en los vuelos espaciales tripulados. Japón es responsable del laboratorio Kibo, instalado en la ISS en 2008 y operado desde el Centro Espacial Tsukuba, situado al norte de Tokio, que realiza estudios en áreas tales como medicina, biología, observación de la Tierra, materiales, biotecnología y comunicaciones.

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