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Trayectorias

Pausa para la reflexión

El período sabático, establecido al final del siglo XIX en Estados Unidos, constituye una oportunidad de crecimiento personal y puede traducirse en la consecución de beneficios profesionales

Suryara Bernardi

Suele relacionarse al período sabático, asociado con una etapa de descanso o tomado como unas vacaciones prolongadas, con el alejamiento de las actividades laborales corrientes. Sin embargo, esta idea se refiere cada vez más a la oportunidad con la que cuentan estudiantes e investigadores de distintas áreas del conocimiento, así como los profesionales que trabajan en empresas privadas, de dedicarse a proyectos personales, con potencial de perfeccionamiento, incluso a nivel profesional.

Un período sabático, cuya inspiración es el shabbath –la denominación en hebreo que recibe el día de descanso semanal en la tradición judía–, suele desarrollarse en intervalos de tiempo que varían entre seis meses y un año. “Históricamente, tuvo inicio a partir de la profesionalización de las carreras en las universidades de Estados Unidos, más específicamente en Harvard”, informa Sean Purdy, del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP).

Fue en aquella institución que en 1880, el filólogo Charles Lanman (1850-1941) obtuvo autorización para pasar un año de descanso remunerado, luego de seis años completos de trabajo. “Se trata de uno de los primeros registros de la oficialización de un año sabático”, relata Purdy. A partir de entonces, esas pausas académicas pasaron a tornarse comunes en el exterior. Los programas no tienen un reglamento estandarizado. Se administran en forma diferente de acuerdo con los parámetros de cada institución. “Hay estatutos que contemplan incluso la suspensión de los sabáticos en períodos de crisis económica, por ejemplo”, dice Purdy.

Entre los universitarios, el período permite la ampliación de los conocimientos adquiridos en las áreas en las cuales se desempeñan, pudiendo dar como resultado beneficios duraderos. De acuerdo con un estudio de la Gap Year Association –organización dedicada a la prospección, promoción y orientación al respecto de los sabáticos en Estados Unidos–, realizado con alrededor de mil universitarios del país, un sabático puede tener impactos concretos en el rendimiento académico, tales como la obtención de calificaciones más altas y un mayor interés por los estudios interdisciplinarios. Para los estudiantes más jóvenes que recién finalizan la enseñanza media, un sabático puede ayudar a la definición de su carrera profesional, una decisión que con frecuencia se toma sin una reflexión previa.

En Brasil, los programas sabáticos cobraron impulso en la década de 1990, inicialmente en el sector privado, con empresas de tecnología que adoptaron esa práctica como estrategia para conservar, en sus cuadros  funcionales, a los profesionales más calificados. “A partir de ahí, las universidades comenzaron gradualmente a adherir a esa iniciativa, ofreciéndoles a sus docentes la oportunidad de dedicarse a proyectos de investigación más personales”, relata Purdy. Antes de eso, las instituciones públicas de enseñanza superior ya ofrecían algunas posibilidades de receso. En 1985, la Universidad de Campinas (Unicamp), por ejemplo, introdujo la licencia especial para aquellos docentes que, habiendo prestado siete años de servicio, quisieran dedicarse, incluso fuera del país, a realizar seis meses de investigación. Esos períodos, denominados licencia premio, fueron adoptados por diversas instituciones de educación superior del país, y más tarde fueron sustituidas por las licencias de capacitación, que permiten un receso de tres meses y se conceden cada cinco años de servicios. “Esas son categorías diferentes, con menor duración, pero que finalmente repercutieron en el surgimiento de los programas de año sabático a nivel local”, informa.

Programa oficial
En 2015, en una iniciativa pionera en Brasil, el Instituto de Estudios Avanzados (IEA) de la USP dio inicio al programa Año Sabático. El programa, concebido en 1991 por el físico nuclear y docente Mahir Saleh Hussein, coordinador del Grupo de Investigación Astrofísica Nuclear No Convencional del IEA, se viene desarrollando en colaboración con la Prorrectoría de Investigación de la universidad. El mismo está disponible en forma exclusiva para los docentes de la USP y exige siete años previos de dedicación integral a la docencia e investigación. Durante su vigencia, los beneficiarios quedan eximidos por un año de tener que realizar actividades didácticas y administrativas. Para participar, necesitan enviar sus antecedentes curriculares y el proyecto de investigación a una comisión de científicos y al consejo deliberativo del IEA, que puede seleccionar hasta 12 proyectos por año. Los elegidos disponen de una ayuda semestral de 6 mil reales para costear la realización de conferencias, seminarios u otros eventos científicos relacionados con el tema investigado.

“El programa ofrece un espacio de diálogo más abierto, con producción de conocimiento que suma varias vertientes”, dice Belinda Mandelbaum, del Departamento de Psicología Social y del Trabajo del Instituto de Psicología de la USP y coordinadora del Laboratorio de Estudios de la Familia, Relaciones de Género y Sexualidad, en la misma institución. Con un proyecto seleccionado para la edición de 2019, Mandelbaum vislumbró en el programa una oportunidad para ampliar su campo de investigación, conectando temas de su área específica con otros de la literatura. “Como jefa de departamento, ella estaba muy involucrada con actividades docentes y administrativas. Esa fue una posibilidad para hacer una pausa y dedicarme a un proyecto de investigación interdisciplinario”, comenta. La idea de postularse surgió a partir de una asignatura de posgrado impartida en conjunto con Yudith Rosembaum, del área de literatura brasileña. La investigación de Mandelbaum, intitulada “Representaciones familiares en la literatura brasileña del siglo XX”, indaga en los conceptos de vínculos y dinámicas familiares presentes en la literatura producida por autores tales como Guimarães Rosa (1908-1967), Clarice Lispector (1920-1977), Carlos Drummond de Andrade (1902-1987), Mário de Andrade (1893-1945) y Raduan Nassar.

Un premio al esfuerzo
Fue durante un año sabático, en 1988, en la Universidad Paris Sur, de Francia, que el físico Mario Baibich, del Instituto de Física de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (IF-UFRGS), tuvo la oportunidad de participar en una investigación científica que, al cabo de casi 20 años, les reportaría el Premio Nobel de Física a los científicos Albert Fert, de Francia, y Peter Grünberg (1939-2018), de la actual República Checa. “Desde el comienzo del trabajo en conjunto advertí que estaba participando en algo grandioso”, recuerda Baibich, primer autor del artículo que redundó en la concesión del premio en 2007 a los dos físicos. En esa ocasión estaba estudiando la magnetorresistencia, a la que hoy en día se conoce como magnetorresistencia gigante, en nanoestructuras de cromo y hierro, cuyos descubrimientos resultaron decisivos para ampliar la capacidad de almacenamiento de los discos rígidos de dispositivos tales como computadoras, teléfonos celulares, máquinas fotográficas, entre otros, permitiendo que superasen el límite de los gigabytes.

Baibich colaboró con la investigación que recibió el premio a partir de una pasantía de posdoctorado. “Esa fue mi primera y única experiencia en un sabático. Al cabo de más de tres décadas, eso aún hoy se ve reflejado en mis actividades de investigación y docencia”, finaliza.

Planificación del sabático
El período puede dedicarse al aprendizaje de otro idioma, a profundizar una investigación científica o a actividades de voluntariado

1. Para escoger el programa más adecuado defina primero sus objetivos
2. Establezca el tiempo que le dedicará a las actividades del sabático
3. Calcule los gastos necesarios. Vea si los mismos se ajustan a su presupuesto o dependen de financiación externa
4. Antes de iniciar el período de receso, asegúrese de las implicaciones que esto tendrá en su vínculo institucional
5. Reflexione acerca de los resultados de la experiencia y cómo incorporarlos en su rutina habitual, al volver al trabajo

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