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LITERATURA

Proyectos que rescatan la presencia árabe en Brasil

Son iniciativas que promueven la apertura de nuevos frentes de investigación referentes a esta temática

Imágenes cedidas por el Proyecto de digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en BrasilEjemplar de la revista A Vinha (o Al Carmat). La publicación, fundada en 1914 en São Paulo, fue editada por la inmigrante siria Salua Salame AtlasImágenes cedidas por el Proyecto de digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en Brasil

La Liga Andaluza de las Letras Árabes (Al-Usba alandalusiyya), considerada el grupo literario más importante de la comunidad árabe en Brasil de principios del siglo XX e integrada por más de 30 poetas y escritores, fue creada en 1932, en la ciudad de São Paulo. “Grandes poetas árabes radicados en Brasil, en su mayoría procedentes de las tierras que actualmente son Siria y Líbano, fueron miembros de la liga”, dice el poeta y traductor Michel Sleiman, del Departamento de Letras Orientales de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP). Este fue el caso del libanés Chafic Maluf (1905-1976), quien arribó a Brasil en 1926 y aquí escribió libros como Abqar (1936), publicado originalmente en árabe y posteriormente en portugués, francés y español. “Hoy en día su poesía es muy estimada en Medio Oriente”, dice Sleiman en refirencia al poeta que también fue un empresario del área textil en el país.

El grupo de São Paulo constituye un despliegue de otro importante exponente de la literatura mahyar (en árabe, de la inmigración): la Liga de la Pluma (al-Rabita al-Qalamiyah), que funcionó en Estados Unidos entre 1910 y 1930. Entre sus miembros estaba el poeta, escritor y pintor libanés Gibran Khalil Gibran (1883-1931), autor de libros como El profeta (1923). “Estos grupos fueron parte del proceso de renacimiento de la literatura árabe escrita en ambas costas del Mediterráneo, en el caso de los emigrados a Europa, como del Atlántico, para los que vinieron a América”, dice Sleiman.

A lo largo de dos décadas, entre 1933 y 1953, el colectivo con sede en la capital paulista editó una revista con el nombre de la asociación, que, además de la literatura, también trataba temas tales como política y sociología. La publicación, cuya periodicidad era irregular, “se distribuía en toda América, y además mantenía un cierto número de suscriptores en el mundo árabe”, señala el sociólogo Oswaldo Truzzi en Patrícios: Sírios e libaneses em São Paulo (editorial Unesp, 2009), una obra de referencia sobre el tema. Según Sleiman, a partir de las páginas de la revista puede saberse, por ejemplo, quiénes escribían literatura árabe en aquel período no solo en Brasil sino también en otros lugares de América, Europa y en los países asiáticos. “Además, la revista contiene indicios de un diálogo entre los autores en lengua árabe y de ellos con los escritores del modernismo brasileño, como Menotti del Picchia [1892-1988], uno de los protagonistas de la Semana de Arte Moderno de 1922”, continúa Sleiman.

La revista es una de las 38 publicaciones digitalizadas hasta ahora por el Proyecto de Digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en Brasil, que desde 2018 lleva a cabo la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik (Usek), con sede en el Líbano, en colaboración con la Cámara de Comercio Árabe Brasileña (CCAB), de São Paulo. En la lista también figuran títulos como el periódico Al-Fayha, fundado en 1895. “Por lo que sabemos, es el periódico en lengua árabe más antiguo de Brasil”, informa la historiadora Heloísa Abreu Dib, coordinadora del proyecto en el país.

Se estima que los inmigrantes árabes, principalmente sirios y libaneses, empezaron a arribar a Brasil a partir de la década de 1870. El apogeo se produjo en la década de 1910 y la mayor comunidad se formó en el estado de São Paulo: entre 1908 y 1941 el país acogió a algo más de 100.000 árabes, de los cuales 48.000 se asentaron en territorio paulista. Más allá del sudeste de Brasil, hubo otros que se radicaron en los estados del sur, centro-oeste y nordeste, sin dejar de mencionar su presencia en la Amazonia, debido al ciclo del caucho. “Si bien algunos estudios señalan la existencia de más de 300 títulos publicados por la comunidad en aquellos albores, nuestra investigación hasta ahora ha localizado o ha hallado menciones de 212 periódicos y revistas, principalmente entre las décadas de 1900 y 1930. De cualquier manera, se trata de una cifra significativa, que revela la pujanza de la prensa elaborada por los inmigrantes árabes de la época en Brasil”, relata Dib.

Obin Waterfield / Wikimedia CommonsLos miembros de la Liga de la Pluma, un grupo de literatos árabes que existió entre los años 1910 y 1930 en Estados Unidos. El poeta, escritor y pintor libanés Gibran Khalil Gibran es el segundo de la foto, contando desde la izquierdaObin Waterfield / Wikimedia Commons

El 90 % del material digitalizado corresponde a periódicos y revistas, pero también incluye libros y documentos institucionales. Con alrededor de 100.000 páginas completadas, el resultado de la primera etapa del esfuerzo ha sido presentado recientemente en el Museo de la Inmigración del Estado de São Paulo. La investigación se llevó a cabo en instituciones públicas y particulares situadas en la capital paulista, tales como la propia CCAB, el Instituto de la Cultura Árabe (ICArabe), el Hogar Infantil Sirio, el Club Homs, la Biblioteca Mário de Andrade y el Archivo Público del Estado de São Paulo. En su empresa, Dib contó con la ayuda de Mirna Nasser, estudiante de Derecho y becaria de la CCAB, fluente en la lengua árabe. La idea es hacer extensiva la investigación al interior paulista y a otros estados del país. “Este material se encontraba disperso”, apunta la historiadora Silvia Antibas, directora cultural de la CCAB. “Uno de los objetivos del proyecto consiste en reunir la colección histórica en una base de datos digital para facilitar las consultas y abrir posibilidades de investigación”.

El material digitalizado está almacenado en la biblioteca de la Usek, en donde puede accederse al catálogo de la colección. Para consultar los documentos deseados, los interesados deben completar un registro en inglés en la página web de la institución. “Todo es completamente gratuito siempre que se trate de investigaciones académicas y proyectos sin fines comerciales”, dice el historiador brasileño Roberto Khatlab, creador y director del Centro de Estudios y Culturas de América Latina (Cecal), que funciona en la universidad libanesa. “Además de proteger los créditos y los derechos de autor, nuestra idea es saber sobre las investigaciones académicas en curso referentes al tema de la inmigración árabe en América Latina. Los estudios que surgieron a partir de nuestra colección serán incorporados a la biblioteca digital para que sirvan de ayuda en el trabajo de otros investigadores”.

Imágenes cedidas por el Proyecto de digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en BrasilA Patria Livre, una revista del Partido Nacional Sirio, creada en la década de 1920 en la capital paulistaImágenes cedidas por el Proyecto de digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en Brasil

La instancia brasileña forma parte del Proyecto de Preservación de la Memoria de la Inmigración Árabe en América Latina, iniciado en 2016 por el Cecal-Usek. Al año siguiente, la iniciativa llegó a Argentina, que sigue su desarrollo en colaboración con la Fundación Ninawa Daher, de Buenos Aires. En ambos países, la Usek ha instalado un estudio de digitalización en las instituciones asociadas, que incluye una cámara fotográfica, un equipo de iluminación, un escáner de última generación y computadoras portátiles. En 2019, el proyecto inició investigaciones en México y Chile, que se interrumpieron debido a la crisis económica en el Líbano y a la pandemia de covid-19. Según Khatlab, hasta ahora se han digitalizado unas 100.000 páginas de documentos en Argentina, México y Chile. “Asimismo, hemos buscado material relacionado con América Latina enviado por las familias de esos inmigrantes en archivos públicos y privados en el Líbano. Las colecciones se complementan”, dice el historiador.

La diáspora de miles de inmigrantes de origen sirio y libanés que llegaron a Brasil a partir de las últimas décadas del siglo XIX comenzó cuando la región conocida como Gran Siria, que actualmente engloba a Siria y Líbano, entre otros, se encontraba bajo el yugo del Imperio Otomano. “Los turcos dominaron la región por cuatro siglos, entre 1516 y el final de la Primera Guerra Mundial [1914-1918], cuando Francia asumió el control político de la zona hasta la década de 1940. Cundía la represión y el Imperio Otomano imponía censura a la prensa”, dice Truzzi, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar). “Esa tensión política repercutió en los periódicos y revistas de la comunidad de ultramar. Algunas de esas publicaciones no se circunscribían a Brasil: circulaban también en Europa y, en forma clandestina, en Siria y en el Líbano”. Según Heloísa Dib, quien posee ascendencia siria y estudia la historia de sus antepasados desde hace casi dos décadas en forma independiente, la prensa elaborada por los inmigrantes arroja luz sobre un aspecto poco conocido de la comunidad en el país. “Los sirios y libaneses que vinieron a Brasil a partir del siglo XIX se dedicaron en su mayoría al comercio, pero en ese grupo también había intelectuales que huían de la represión política en su tierra natal. Aquí encontraron la libertad para escribir e influir sobre quienes habían quedado allá”, relata.

Imágenes cedidas por el Proyecto de digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en BrasilParte del material reunido por el proyecto de la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik, en el Líbano, realizado en forma conjunta con la CCAB, de São PauloImágenes cedidas por el Proyecto de digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en Brasil

“Estos periódicos constituyen una fuente de investigación importante, especialmente para quienes dominan el idioma árabe. Ellos acompañan las transformaciones de la comunidad a lo largo del tiempo”, continúa Truzzi. “Al principio, los periódicos y revistas se publicaban en gran medida solamente en lengua árabe y muchos fueron fundados con el propósito de incitar la causa de la independencia política de Siria y del Líbano. Con el tiempo, pasaron a ser bilingües y, finalmente, tan solo en portugués. Para la década de 1950, muchos de ellos se habían despolitizado por completo y algunos se transformaron en una especie de columna social ampliada”. El cambio de idioma tuvo que ver con la campaña de nacionalización que impulsó el Estado Novo (1937-1945), que entre otras cosas, prohibió el uso público de lenguas extranjeras, incluso en las publicaciones producidas por inmigrantes. “Pero ese no fue el único factor. Las generaciones que nacieron en Brasil también fueron perdiendo el interés por dominar la lengua de sus antepasados”, dice Truzzi.

Actualmente, Truzzi y Dib están organizando el capítulo referente a la prensa árabe en un e-book aún sin título definido, que será publicado el año que viene por la asociación Transfopress Brasil. Con sede en la Universidade Estadual Paulista (Unesp), este grupo de investigación indaga sobre la prensa publicada en lengua extranjera en el país y está vinculado al proyecto “Transnational network for the study of foreign language press (XVIIIth – XXth centuries)”, cuya coordinación está a cargo de Diana Cooper-Richet, de la Universidad de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines, en Francia. Hasta ahora se han reunido más de 800 títulos de periódicos en idiomas tales como el árabe, el italiano, el español, el polaco y el hebreo que circularon en Brasil entre finales del siglo XIX y principios del XX. “Vamos a crear dos listas. Una de ellas con los periódicos y revistas disponibles en instituciones públicas o colecciones particulares en el país. Otra con los títulos que han sido citados memorias de antaño, por ejemplo, pero que nunca han sido localizados”, comenta la historiadora Tania de Luca, de la Unesp, en su campus de la localidad de Assis, quien coordina el grupo Transfopress Brasil junto a la historiadora Valéria Gumarães, del campus de la ciudad de Franca.

Imágenes cedidas por el Proyecto de digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en BrasilEl que se considera el primer periódico en lengua árabe editado en Brasil, Al-Fayha, apareció en 1895, en Campinas (São Paulo)Imágenes cedidas por el Proyecto de digitalización de la Memoria de la Inmigración Árabe en Brasil

Las reflexiones acerca de la presencia árabe en el nordeste del país, en el resto de Brasil y en América Latina es uno de los objetivos del Centro Internacional de Estudios Árabes e Islámicos, que funciona en la Universidad Federal de Sergipe (Ceai-UFS). Esta iniciativa transdisciplinaria constituida hace tres años congrega a unos 30 académicos de Brasil y de otros países, entre ellos Argentina, Mali, el Líbano y Francia. “La presencia de los inmigrantes árabes en los estados del nordeste brasileño es menor en términos numéricos si se la compara con São Paulo, por ejemplo”, informa Geraldo Adriano Campos, director del centro y docente del Departamento de Relaciones Internacionales de la UFS. “Sin embargo, la influencia árabe en Brasil trasciende la llegada de aquellos inmigrantes en el siglo XIX. Ya estaba presente aquí a través de sus mediaciones ibéricas y africanas desde los albores del período colonial”.

Este año, el Ceai recibirá alrededor de 580 libros sobre las culturas árabe e islámica donados por el abogado y bibliófilo paulista Ricardo Calil Cury. Los títulos versan sobre disciplinas tales como arquitectura, arte, urbanismo, historia, filosofía, política, literatura y la inmigración en Brasil. “Son obras que, sobre todo, establecen un nexo del mundo árabe con Portugal, España y Brasil”, tal como lo define Cury, quien comenzó a montar su colección hace cuatro décadas y suele recolectar volúmenes en sus viajes por Europa, África y Medio Oriente. En 2018 donó a la Biblioteca Mário de Andrade 269 títulos sobre historia y geopolítica árabe, ahora reunidos en una colección que lleva su nombre. “La idea es que estos libros puedan ampliar la percepción de la cultura árabe en Brasil que, a mi juicio, todavía es muy limitada”, concluye Cury.

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