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ARQUEOLOGÍA

Pueblos originarios dejaron sus grabados rupestres junto a huellas de dinosaurios en el estado de Paraíba, en Brasil

Un yacimiento allí situado sugiere que las comunidades que habitaron en la zona hace 9.000 años valoraban los vestigios de animales extintos

Aline Ghilardi / UFRN

En el municipio de Sousa, interior de Paraíba, los dinosaurios son una gran atracción. Repleto de huellas preservadas, el Valle de los Dinosaurios es una unidad de conservación abierta a los visitantes que también alberga un museo de fósiles que fueron encontrados en ese lugar. Por tal motivo, y hasta hace poco, los paleontólogos eran los más interesados en la región. Actualmente, surgió un nuevo atractivo para los arqueólogos: en el yacimiento de Serrote do Letreiro, a 11 kilómetros (km) de la ciudad, también hay grabados rupestres en el suelo realizados por personas que pudieron haber vivido allí hasta hace 9.000 años, asociados con las huellas dejadas por los animales entre 130 y 145 millones de años antes. Esa posible relación, nunca antes vista en Brasil, sugieren que los paralelos fueron intencionales, según un artículo publicado en marzo por la revista Scientific Reports.

“Este sitio contiene una sobredosis de información”, describe el paleontólogo Tito Aureliano, uno de los autores del estudio, investigador posdoctoral de la Universidad Regional de Cariri (Urca) y uno de los coordinadores de Diversity, Ichnology and Osteohistology Laboratory (Dinolab), de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN). “Existe en ese lugar una mezcla temporal muy grande: hay rocas con casi 1.000 millones de años de edad, luego das 50 pasos y ves rastros del Período Cretácico [hace alrededor de 130 millones de años]; hay decenas de huellas de dinosaurios diferentes y grafías humanas realizadas hace unos milenios”, añade.

Serrote do Letreiro es un área de 15.000 metros cuadrados (m2) situada en el interior de Paraíba, en una propiedad privada. El primero en registrar el lugar, a fines de la década de 1970, fue el paleontólogo italiano Giuseppe Leonardi, quien fue profesor de las universidades federal de Paraná (UFPR) y estadual de Ponta Grossa (UEPG), actualmente jubilado. En aquel momento, clasificó las marcas, o petroglifos, como una “grafía de los indios Cariri” y solamente se interesó por las huellas de los dinosaurios. “No se les prestó atención a esos grabados humanos”, comenta la paleontóloga Aline Ghilardi, de la UFRN, también coordinadora del Dinolab y coautora del reciente trabajo.

Renan ChanduEn una expedición a Serrote do Letreiro, los investigadores examinaron las marcas y registraron el sitio con un dronRenan Chandu

“Siempre me intrigó el hecho de que nunca hubo respuestas sobre qué marcas humanas había en ese lugar, entonces decidí buscar a alguien que me ayudara”, relata la paleontóloga, que va a Serrote do Letreiro desde hace casi una década y en 2023 invitó al arqueólogo Leonardo Troiano, del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan), a visitar el lugar. Desde São Paulo, Troiano voló hasta Juazeiro do Norte, en Ceará, y desde allá viajó unos 190 kilómetros en autobús hasta Sousa, con otro tramo por camino de tierra hasta el sitio. Al final, hasta rasgó sus pantalones al pasar por una valla de alambre de púas.

El largo viaje, sin embargo, tuvo su recompensa. “Al atardecer, frente a una puesta del sol espectacular, las sombras de los últimos 15 minutos de luz solar resaltan las huellas y los grabados, es una maravilla”, comenta el arqueólogo. Durante esa visita, el grupo contrató al piloto de un dron, Arthur Sampaio, para producir imágenes de alta resolución; la intención de los investigadores participantes en el artículo es construir un modelo digital tridimensional del sitio. Los grabados tienen formato de tridígitos, en cuadrículas y círculos con líneas cruzadas, como estrellas.

Algunas inscripciones, según las interpretaciones de los investigadores, imitan las patas de tres dedos. A través de las huellas petrificadas pudieron identificar tres tipos de dinosaurios: terópodos, saurópodos y ornitópodos. Respecto a los grupos humanos que allí vivieron, los arqueólogos los describen como grupos semisedentarios que acampaban, recolectaban y cazaban los recursos disponibles para luego trasladarse a lugares cercanos.

Ya se han visto marcas similares en partes de Rio Grande do Norte y Ceará en regiones cercanas a Sousa, lo que indica que esas civilizaciones habitaron toda esa zona. La diferencia entre los registros encontrados en Serrote do Letreiro y los demás reside en que en ese lugar los grabados fueron realizados en el suelo. “Resulta curioso, porque los grabados asociados a esta cultura generalmente se realizaban en paneles verticales o inclinados, por lo que es una fuerte evidencia de que esta antigua población dibujó allí de esa forma precisamente debido a las huellas, hay una asociación directa entre las marcas”, infiere Ghilardi.

Leonardo Troiano / Iphan | Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP

Para el arqueólogo Valdeci dos Santos Júnior, del Laboratorio de Arqueología O Homem Potiguar (LAHP), de la Universidad Estadual de Rio Grande do Norte (UERN), quien no participó del estudio y es autor del libro A pre-história do Rio Grande do Norte, la hipótesis publicada en Scientific Reports merecen atención. “Existe la posibilidad de que los autores gráficos hayan respetado el espacio de las huellas, porque los petroglifos no están superpuestos a ellas, están cerca”, evalúa. Por primera vez, afirma Dos Santos Júnior, un estudio revela evidencias de un lugar que estuvo habitado tanto por dinosaurios como por grupos humanos. “No hubo convivencia entre los dos grupos, son dos épocas distintas”, subraya. Afirma que es necesario encontrar otros sitios con estas características, donde se pueda identificar un patrón para reforzar la hipótesis de que los seres humanos intentaron reproducir las huellas de los dinosaurios. “No es una cuestión tan sencilla, los tridígitos son grafías comunes en el nordeste y pueden representar pájaros, huellas de otros animales o incluso plantas, como los cactus, comunes en el paisaje”.

Sin embargo, otros informes apuntan interacciones entre humanos y huellas de dinosaurios en Australia, Polonia y Estados Unidos. En Brasil, esta asociación no tiene precedentes, aunque la relación con los fósiles haya sido frecuente a lo largo de la historia. En Rio Grande do Sul, Troiano afirma que algunas construcciones, como las iglesias más antiguas, fueron construidas con madera fósil, que tiene una apariencia diferente a la madera común. Algunas leyendas e historias de la Antigua Grecia se inspiraron en el descubrimiento de fósiles, según explica el arqueólogo. Los huesos de mamuts y demás animales gigantes serían de los héroes en estas historias. “El lugar del Peloponeso donde contaban que hubo una lucha entre dioses y titanes es un depósito de fósiles”, afirma el investigador.

Para los especialistas, el hallazgo de registros humanos junto a las huellas de los animales sugiere que las antiguas comunidades brasileñas también les asignaban valor a los descubrimientos del pasado. “Estos pueblos vivieron en América durante 50.000 años en profunda armonía con el mundo natural, estos descubrimientos ciertamente tuvieron para ellos un valor especial, no fue algo banal”, dice el arqueólogo.

La comprensión sobre los dinosaurios recién surgió en el siglo XIX, con la publicación de El origen de las especies, del naturalista británico Charles Darwin (1809-1882) y la popularización de la teoría de la evolución. “Hasta entonces, no era común que la gente pensara en animales grandes que ya no existían más”, dice Dos Santos Júnior. Estos registros simbólicos son marcas de grupos que precedieron la llegada del colonizador a Brasil. Se deberán realizar nuevas investigaciones para buscar más evidencias que respalden esta posible conexión entre las huellas de los dinosaurios y los petroglifos.

Artículo científico
TROIANO, L. P. et al. A remarkable assemblage of petroglyphs and dinosaur footprints in Northeast BrazilScientific Reports. On-line. 19 mar. 2024.

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