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Sofia

Recursos para un telescopio

Sofia: un observatorio instalado en un Boeing 747 reformado

NASA / CARLA THOMASSofia: un observatorio instalado en un Boeing 747 reformadoNASA / CARLA THOMAS

El Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (Sofia, por sus su siglas en inglés), de la agencia espacial estadounidense (Nasa), recibió un hálito de vida. El mes pasado, el Senado de Estados Unidos votó a favor de otorgarle una asignación de 87 millones de dólares en 2015. El mayor telescopio volador del mundo, Sofia, está montado sobre un Boeing 747 adaptado para observar el Universo en vuelos de alrededor de 12 mil metros de altura. La propuesta todavía debe ser confirmada por la Cámara de Representantes. En marzo, la Nasa estaba evaluando la cancelación del proyecto, fruto de una alianza con el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), debido a los altos costos operativos. El presupuesto inicial del programa contemplaba gastos por 360 millones de dólares, pero hasta su lanzamiento, los mismos ya habían rebasado los mil millones de dólares. El Sofia realizó su primer vuelo en 2010, pero recién ahora está pasando a la fase operativa. Otro suceso que animó a los científicos participantes en el programa fue el inicio de las operaciones del Echelon-Cross-Echelle Spectrograph (Exes), un espectrógrafo acoplado al telescopio. “La combinación de alta resolución espectral del Exes y el acceso del Sofia a la radiación infrarroja del espacio generaron las condiciones sin precedentes para el estudio de cuerpos celestes en longitudes de onda a las que no puede accederse desde otros telescopios”, dice Pamela Marcum, investigadora de la Nasa.

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