Los siete planetas similares a la Tierra que orbitan a la estrella Trappist-1, una enana roja mil veces menos brillante que el Sol, son todos rocosos. De los siete, al menos cinco parecen presentar una atmósfera densa o tendrían su superficie recubierta por agua líquida o hielo, y algunos de esos planetas podrían contener mucha más agua (hasta 250 veces más) que la que se encuentra en todos los océanos de la Tierra. Tales conclusiones surgen de un estudio que llevaron adelante astrónomos europeos y estadounidenses, quienes calcularon la composición de los planetas que orbitan a Trappist-1 a partir de datos medidos por telescopios en tierra y en el espacio. Entre los meses de septiembre de 2015 y marzo de 2017, los equipamientos del Observatorio Europeo del Sur (ESO, según su sigla en inglés) y de la agencia espacial estadounidense (Nasa) recabaron información sobre los planetas durante decenas de órbitas que completaron alrededor de la estrella. Trappist-1 está ubicada a 40 años luz del Sol y recién pudo confirmarse que posee siete planetas en órbita en 2017. Se sabía que esos planetas tenían un tamaño similar al de la Tierra, pero había una gran incertidumbre acerca de sus densidades, un dato importante para permitir la existencia de agua líquida y vida. El estudio actual, coordinado por Simon Grimm, de la Universidad de Berna, en Suiza, indica que la densidad de esos planetas varía: comparativamente, sería de entre un 60% y un 100% de la densidad terrestre. Los modelos de composición planetaria obtenidos a partir de los datos registrados sugieren que los planetas denominados Trappist-1c y Trappist-1e poseen un núcleo rocoso, y en el caso del segundo, está conformado por hierro, al igual que el de la Tierra. La atmósfera de Trappist-1b sería bastante más densa que la terrestre, mientras que los planetas d, f, g y h tendrían un volumen de agua (líquida o solidificada) correspondiente al 5% de su masa (Astronomy and Astrophysics, 31 de enero). En otro estudio, elaborado por una parte del mismo equipo, se analizó la atmósfera de los planetas d, e, f y g. Se arribó a la conclusión de que la de los tres primeros tendría características propicias para la existencia de vida (Nature Astronomy, 5 de febrero).
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