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Investigación empresarial

Selvas indestructibles

La empresa Suzano invierte en energía y productos que reemplazan a los derivados del petróleo

Léo RamosFábio Carucci Figliolino (a la derecha) y su equipo del área de investigación industrialLéo Ramos

La empresa Suzano, pionera en fabricación de papel y celulosa a partir del eucalipto, invierte en varios frentes de investigación simultáneos en busca de innovaciones. “Asociados con una universidad europea, desarrollamos un polímero a base de lignina para diversas aplicaciones en el mercado”, dice el ingeniero químico Fábio Carucci Figliolino, de 52 años, gerente ejecutivo del sector de investigación industrial de Suzano, quien atesora todos los detalles de la novedad. La lignina es un polímero orgánico que confiere rigidez a la pared celular de los vegetales. Junto con la Universidad de Nova Lisboa, de Portugal, y la Universidad de São Paulo (USP) con sede en São Carlos, la empresa construyó un transistor de papel para uso en envases. La Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) colabora en varios proyectos, entre los cuales se encuentra el desarrollo de un nuevo filme para envases basado en un polímero natural que funciona como una barrera contra la grasa.

En asociación con la Universidad Federal de Viçosa (UFV), en Minas Gerais, e instituciones internacionales, Suzano lidera el proyecto Lignodeco (siglas por Lignocellulose Deconstruction), que tiene como objetivo el desarrollo de tecnologías para el pretratamiento de la biomasa proveniente de la madera de eucalipto y sus potenciales aplicaciones, tales como biocombustibles y productos químicos de origen orgánico. El proyecto fue elegido entre 263 trabajos presentados por investigadores de todo el mundo por ocasión del 7º Programa Marco (FP7 – Framework Program), el principal instrumento de financiación que adopta la Unión Europea para apoyar actividades de investigación y desarrollo. El proyecto, con recursos por valor de 5 millones de euros, se desarrolla desde 2010 como una colaboración entre el Laboratorio de Celulosa y Papel de la UFV, Suzano, el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) de Madrid, el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (Irnas), el Centro de Investigaciones Técnicas de Finlandia (VTT), la empresa danesa Novozymes, que es la mayor productora de enzimas a nivel mundial, y el Centro Técnico del Papel (CTP), con sede en Francia. “Son más de 20 investigadores involucrados en el proyecto, todos con maestría o doctorado”, dice el ingeniero forestal Augusto Fernandez Milanez, de 62 años, consultor de proyectos en el área de investigación industrial de Suzano y coordinador del Lignodeco.

El área de investigación, desarrollo e innovación de la empresa, la segunda mayor productora mundial de celulosa de eucalipto, con sede en la ciudad de São Paulo, se divide en dos secciones: investigación industrial y forestal. Hay 99 investigadores internos, con formaciones diversas, entre los que se encuentran biólogos, ingenieros forestales, agrónomos, químicos, ingenieros de materiales, de los cuales 50 son graduados, 8 cuentan con maestría y 5 doctores, además de los técnicos químicos. En 2011, la empresa produjo 1,8 millones de toneladas de celulosa y 1,3 millones de toneladas de papel. Los ingresos netos alcanzaron 4.800 millones de reales, un crecimiento del 7,4% en relación con 2010. “El presupuesto para I&D correspondiente a investigación industrial y forestal es de 30 millones de reales anuales, sin contar las inversiones”, detalla Carucci.

Léo Ramos Equipamiento para evaluar el papel en SuzanoLéo Ramos

Entre esas inversiones se encuentra, por ejemplo, la adquisición de la empresa de biotecnología israelí Futura Gene en 2011. “La transformación genética del eucalipto logrará que se precise menos tierra y agua para la producción de celulosa y reducirá los costos”. La empresa cuenta con laboratorios de investigación en Israel, Brasil, China y está presente en Estados Unidos. Además de ser un mercado con enorme consumo de celulosa, China se inserta en la política de Suzano para la producción de árboles específicos para clientes de diversos lugares del mundo. En Brasil, la empresa de biotecnología está enclavada en Itapetininga, interior paulista, en un sitio donde funcionaba un centro de investigación forestal y perfeccionamiento genético de Suzano. “Futura Gene realiza modificaciones genéticas en nuestras variedades de eucalipto”, informa Milanez. Se están evaluando plantas genéticamente modificadas mediante experimentos controlados.

La inversión en biotecnología forma parte de un plan de crecimiento de la empresa, proyectado para un horizonte de 10 a 15 años, basado en proyectos innovadores y en su desempeño en nuevos frentes que incluyen biorrefinerías y energía renovable, aparte de papel y celulosa. Un proyecto piloto de biorrefinería de extracción de lignina a partir de licor negro –el resultado del proceso de cocción de la madera– está funcionando en Limeira, en el interior paulista, con una capacidad productiva de una tonelada diaria. La lignina, presente en alrededor del 25% de la madera de eucalipto, puede utilizarse tanto para la generación de energía en los procesos de fabricación de celulosa y papel como para la producción de insumos químicos que sustituyen a los derivados del petróleo.

“Apuntamos a su utilización en varios productos, para sustituir desde compósitos para el asfalto hasta petroquímicos en general”, informa Milanez. “En las pruebas realizadas, identificamos en la lignina del eucalipto 18 mil sustancias químicas que también se encuentran en el petróleo”. El petróleo cuenta con alrededor de 32 mil compuestos químicos. Los desafíos tecnológicos para el funcionamiento de la biorrefinería en escala industrial todavía se encuentran en fase de ajustes, aunque las investigaciones llevadas a cabo revelan el potencial uso de los productos extraídos de la lignina principalmente en la construcción civil, como componente del hormigón y del cemento. “De manera similar a como la refinería de petróleo separa sus fracciones y agrega valor a cada una de ellas, la biorrefinería transforma la biomasa en productos con mayor valor agregado”, añade Milanez, quien hace 35 años, desde que obtuvo su maestría en ciencias forestales en la UFV, se desempeña en el sector del papel y celulosa. Inició su carrera en otras empresas del sector y, desde 1994, trabaja en Suzano. La idea del proyecto de extracción de la lignina nació en 2007, durante una visita realizada por el consultor a una biorrefinería de Suecia, mientras participaba en un congreso sobre el tema.

Léo RamosLicor negro que se utiliza para extraer ligninaLéo Ramos

“La planta piloto cuenta con tecnología nuestra, aunque recibimos la ayuda de proveedores nacionales para ese proceso”, dice Vinicius Lobosco, de 39 años e ingeniero químico graduado en la Escuela Politécnica de la USP y responsable del proyecto de extracción de la lignina. Luego de graduarse, Lobosco realizó maestría y doctorado en el Instituto Real de Tecnología de Estocolmo, en Suecia. “Estaba contratado por Innventia, un renombrado instituto de investigación en papel y celulosa, y hacía el doctorado en la universidad”, refiere. Al cabo de 12 años, decidió regresar a Brasil. Trabajó en otra empresa del sector durante un año y medio, pero quedó encantado con las posibilidades que ofrecía Suzano en investigación, innovación y, principalmente, por su espíritu emprendedor.

El investigador Sérgio Saraiva, con 33 años de edad y desde hace dos en la empresa, trabaja sobre nuevas aplicaciones de la lignina y realiza la interfaz del proyecto de la biorrefinería con universidades e institutos de investigación nacionales e internacionales. Saraiva se graduó en química en la USP, realizando posteriormente maestría en química orgánica en la Unicamp, donde actualmente también realiza el doctorado que tiene como eje uno de los proyectos de la biorrefinería de Suzano. La inversión para la instalación de la planta piloto fue de un millón de reales, monto aportado por la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep). Está previsto que entre 2013 y 2014 la biorrefinería se encuentre instalada, aunque la elección del predio todavía está en estudio.

La investigación desarrollada durante la iniciación científica de Mariana Domingues Mendonça, de 25 años, facilitó su ingreso en Suzano, donde se desempeña como investigadora desde hace dos años y medio. “Estudiaba el desarrollo de envases de cartón elaborados a base de polímeros naturales”, informa Domingues, quien se graduó como ingeniera química en la Unicamp. En el laboratorio, ella analizaba las propiedades de impermeabilidad y el agregado de propiedades físicas al papel. Durante un curso de innovación en la universidad, la directora de tesis de Domingues, Telma Teixeira Franco, conoció a Fábio Carucci, quien se mostró interesado en el proyecto, aunque el eje de la investigación cambió para un papel antigrasa. Luego de seis meses de pasantía en Suzano, en el área de papel y cartón, fue contratada.

En otro frente de acción, en 2010 se creó la empresa Suzano Energia Renovável para producir pellets de madera –partículas deshidratadas y prensadas con alto poder calórico–, que pueden utilizarse como combustible para calderas residenciales, industriales y usinas termoeléctricas. Para la producción de energía se realizó una selección de clones de eucalipto que permite la implantación de una mayor cantidad de árboles por hectárea y con un ciclo reducido de tala, que se ubica entre dos y tres años. El ciclo del eucalipto plantado para papel y celulosa es de alrededor de siete años. La producción en escala industrial, que se destinará al mercado externo, comenzará en 2014 según lo previsto, y tendrá una capacidad de producción de 3 millones de toneladas por año de pellets.

Suzano realizó fuertes inversiones en innovación abierta (open innovation) y trabajó asociada con diversas empresas, universidades e institutos de investigación. Entre sus colaboradores más asiduos se encuentran la Unicamp, la USP de São Carlos, la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) y la UFV, además de la Universidad de Hamburgo, Alemania, el Centro Técnico del Papel, de Francia, el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, de España, el Centro de Investigaciones Técnicas de Finlandia y la Universidad de Carolina del Norte, de Estados Unidos. “Actualmente mantenemos contrato con 51 cooperadores externos”, informa la ingeniera forestal Elenice Pereira Maia, encargada de la prospección de nuevos proyectos en el área de investigación industrial.

En marzo de 2008, Suzano puso en práctica su nueva estrategia de investigación y negocios. “Hicimos una revisión de nuestros procesos e introdujimos una modificación importante, que se basa en identificarnos más como una empresa de base forestal”, dice Carucci, graduado en ingeniería química en la Universidad Mogi das Cruzes (UMC), con MBA en gestión empresaria por la Facultad Getúlio Vargas (FGV), y especializado en impresión gráfica en la USP y en gestión estratégica de la innovación tecnológica en la Unicamp. “Suzano siempre ha invertido en I&D, pero notamos que aún podíamos perfeccionarnos si encarábamos decididamente un proceso de innovación dentro de la compañía”.

Léo RamosEl químico Sérgio Saraiva realiza investigaciones en el laboratorio de I&D de la empresaLéo Ramos

Se contrató a una consultora como asesora para el proceso de cambio, que demandó 15 meses para idearse e implementarse. “La estrategia tuvo tal fortaleza y su velocidad de implementación fue tan rápida que el 90% de los proyectos que se hallaban en curso fueron suspendidos”, informa Carucci, quien trabaja desde hace 28 años en la empresa. “Reiniciamos prácticamente desde cero”. Entre las diversas líneas de investigación que pasaron a formar parte de la cartera de proyectos aparecen biotecnología, mejora de clones de eucalipto, reducción de costos, aumento de la productividad, nuevas aplicaciones para la celulosa, nuevos productos químicos en sustitución del petróleo a partir de madera, nanotecnología y biorrefinería.

La construcción del proceso se inició por una pregunta realizada al directorio de Suzano: “¿Hacia dónde pretende dirigirse la empresa durante los próximos 10 ó 15 años? Se realizaron 51 entrevistas externas con la consulta: “¿Dónde vislumbra al segmento del papel y celulosa en el futuro y cuáles serían sus apuestas tecnológicas para ese sector durante los próximos 10 años?”. Entre los encuestados se hallaban integrantes de la cadena de valor de la empresa (proveedores, productores, distribuidores), centros de investigación de todo el mundo, otras empresas, oficinas de control y gubernamentales. “Internamente necesitábamos conocer la dirección que debía adoptarse y externamente, cómo lograrlo”, dice Carucci. “Fue un proceso enriquecedor, porque al cabo del mismo contábamos con metas claras para papel, celulosa y bosques, y con ello, elaboramos una estrategia de crecimiento acelerado para los próximos 10 ó 15 años”.

Alrededor de un 30% de los proyectos del paquete actual corresponde a los denominados radicales –energía renovable, química a partir de la madera, biorrefinería– y ellos representan la apuesta de la empresa para producir un salto sustancial en el crecimiento. El resto está integrado por proyectos incrementales, que introducen pequeñas modificaciones en los productos y procesos productivos y serán responsables por un crecimiento continuo durante la primera fase.

Cada una de las dos áreas de investigación –industrial y forestal– cuenta con un gerente ejecutivo, un consultor para evaluar proyectos y un asesor en I&D, responsable del presupuesto y la prospección de nuevos proyectos. Los equipos están divididos en áreas de investigación con una visión de mercado, y no por tecnología, tal como suele ocurrir en el ámbito empresarial. “Contamos con un equipo dedicado a la celulosa y nuevos negocios, otro para papel y cartón para envases, un tercero que desarrolla nuevos insumos y un equipo que se encarga de la prospección de proyectos e innovación”, dice Carucci. No existe división entre técnicos e investigadores, ya que el trabajo se hace en forma conjunta. Ellos se organizan según los proyectos, por cuenta propia, puesto que no existe un jefe de laboratorio.

050-054_Suzano_196El proceso de innovación ocurre por mediante prospección tecnológica, que identifica y selecciona las colaboraciones. “El mapeo de oportunidades se realiza mediante herramientas específicas”, dice Pereira Maia, con maestría y doctorado en celulosa por la UFV. Una de ellas, por ejemplo, es la compra de servicios de prospección que proveen acceso a una red mundial de investigadores en universidades e institutos de investigación. La primera vez que se utilizó este servicio, Suzano recibió en seis semanas 62 propuestas por parte de investigadores, como respuesta a un desafío tecnológico. Entre ellas se escogieron cinco, que resultaron en nuevos proyectos para la empresa.

“La competitividad brasileña en celulosa se basa en nuestra capacidad para implantar bosques de eucaliptos lo suficientemente productivos”, dice Carucci. Las plantaciones brasileñas de eucalipto producen una cantidad de biomasa mayor que en el resto del mundo debido a una serie de factores, que involucran desde el clima hasta la disponibilidad de tierra, aparte de la competencia forestal de las empresas del sector, basada en su habilidad para escoger las matrices más adecuadas para cada región del plantío. El país produce, en promedio, 41 metros cúbicos de celulosa (m3) por hectárea. “Actualmente tenemos eucaliptos plantados que producen 50 m3 por hectárea y clones que producen valores de 100 m3”, informa Milanez.

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