El mes pasado, la exploración marciana cobró nuevo impulso con la llegada a ese planeta de tres naves espaciales, en sendas misiones controladas por países diferentes. La primera en arribar fue la sonda espacial Hope, o Al-Amal, que en árabe significa esperanza. Fue construida y operada por el Centro Espacial Mohammed bin Rashid, con sede en Dubai (Emiratos Árabes Unidos), en colaboración con la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos). Entró en la órbita de Marte el 9 de febrero y permanecerá activa durante cierto tiempo estudiando la meteorología del planeta. El día 10, la sonda china Tianwen-1 (asuntos celestiales-1, en idioma mandarín), la primera misión interplanetaria exitosa de ese país, circunvoló por primera vez el planeta rojo. En el mes de mayo, la agencia espacial china intentará el descenso de la sonda sobre la superficie marciana y operar un vehículo robótico para explorar el terreno en la región denominada Utopia Planitia, la mayor cuenca sedimentaria del planeta. El 18 de febrero, la Nasa logró posar sobre la superficie de Marte su quinto robot todoterreno, el Perseverance (perseverancia), que estudiará parte del cráter Jezero, el terreno más antiguo que se haya explorado en el planeta, que habría sido un lago hace unos 3.900 millones de años. Al jeep lo acompaña el vehículo aéreo Ingenuity (ingenio), un helicóptero robótico que se convertirá en la primera aeronave pilotada en otro planeta.
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