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Memoria

Terapias tropicales

El libro de un cirujano barbero portugués revela las curas utilizadas en Minas Gerais en el siglo XVIII

Il farmacista, Pietro LonghiEn 1735, la Officina de Miguel Rodrigues publicó en Lisboa la primera edición del libro Erário mineral, que trata sobre las prácticas médicas que se empleaban en la entonces capitanía de Minas Gerais, epicentro del ciclo del oro en el Brasil Colonial. El autor de la obra, señalada como uno de los primeros tratados sobre medicina brasileña o tropical, redactada en portugués, era el cirujano barbero Luís Gomes Ferreira. Gomes Ferreira, portugués de la región del Douro, había ejercido su profesión en su tierra natal y en la India y residió tres años en Salvador antes de radicarse en la zona de la antigua Vila Rica, actualmente Ouro Preto.

Cuando se mudó en 1710 a esa región de la colonia, su intención era hacer fortuna en las minas. Pero, al darse cuenta que la búsqueda de campos auríferos no le sería tan rentable, decidió dedicarse en simultáneamente a las artes curativas que aprendiera en Portugal. Al fin de cuentas, había pocos médicos y cirujanos barberos en la región, y el cuidado de los enfermos podría resultarle ventajoso. Fue famoso por sus curas. Se mudaba constantemente de localidad en busca de nuevas oportunidades y abandonó Minas Gerais recién en 1731, cuando cruzó el Atlántico de regreso a la madre patria.

Su experiencia acumulada durante las dos décadas que pasó tratando a los poderosos terratenientes y a sus esclavos enfermos en una tierra lejana y distinta a Portugal le aportó la base para la información presente en el libro. Luego de su regreso a la tierra natal, Gomes Ferreira redactó en menos de un año Erário mineral. En la obra, discurre sobre los principales males que afectaban a los habitantes locales, en especial a los esclavos, y sobre los tratamientos que utilizó para combatir las enfermedades. Para él, el clima frío y húmedo de la capitanía era la causa de todos los males. La alimentación, las viviendas y el hecho de que la minería obligaba a los esclavos a pasar muchas horas dentro del agua o bajo tierra eran otros factores asociados con las enfermedades.

Como las condiciones de vida y los problemas de salud en Minas Gerais eran diferentes a los que predominaban en Europa, el cirujano barbero tuvo que adaptarse a la nueva realidad. “Gomes Ferreira gozaba de mayor libertad y sensibilidad para acopiar conocimientos de otras fuentes, más allá de la medicina europea”, sostiene la historiadora Júnia Ferreira Furtado, de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), quien coordinó la publicación, en 2002, de una nueva edición del libro, con apoyo de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) y de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de Minas Gerais (Fapemig).

Retablo de los santos Abdón y Senén/ Jaime Huget La realización de cirugías, tales como amputaciones, era tarea concerniente a los cirujanos barberosRetablo de los santos Abdón y Senén/ Jaime Huget

Por ese motivo, varios de los remedios que utilizaban los nativos y que los paulistas incorporaron a la medicina colonial constan en la obra. Recetas que incluían huesos, grasa, partes de animales o animales enteros, saliva, orina y muchas plantas de la zona están presentes en las páginas del libro. “Erário mineral no escapa a la regla: todo vale para curar”, afirma el médico y escritor Ronaldo Simões Coelho, en un texto que se publicó junto a la edición que contó con apoyo de la Fiocruz y la Fapemig de la obra del cirujanobarbero, en el cual recuerda que ésa es, históricamente, la postura de los individuos dedicados a la medicina.

No era algo común que los cirujanos barberos, que poseían un saber basado en la práctica médica, redactaran libros en el siglo XVIII. Teorizar y escribir sobre curas era una labor pertinente a los médicos, que poseían una formación teórica, escolástica, todavía modulada según la medicina galénica y la teoría de los humores. Tampoco era incumbencia de los cirujanos barberos recetar medicamentos y/o formularlos, como si fuesen boticarios. Sin embargo, Gomes Ferreira, que era dueño de una botica, hacía todo eso en los sertones de Minas Gerais.

La primera edición de Erário mineral, de la primera mitad del siglo XVIII, puede bajarse gratuitamente en el sitio web Google Books. Basta con digitar el título de la obra y hacer una búsqueda para llegar al archivo con el escrito. La versión de 2002 –que, más allá del texto original, incluye artículos de estudiosos con comentarios sobre el libro– también puede obtenerse en internet, más precisamente, en el sitio de la biblioteca Scielo. Júnia Ferreira Furtado pretende publicar una nueva edición del Erário mineral en la cual incorporará 50 páginas redactadas por Gomes Ferreira para una edición realizada en los años 1750.

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