En una sociedad cada vez más dependiente del procesamiento de datos, la importancia de las supercomputadoras aumenta cada vez más. Estos instrumentos se caracterizan por su alta velocidad de funcionamiento y su gran capacidad de memoria, lo que les permite realizar cálculos complejos en un tiempo ínfimo. Se los utiliza para realizar investigaciones en áreas tales como la de modelado climático, la astronomía y la farmacología; y también para proporcionar apoyo a numerosas actividades en diversos sectores de la economía, como el de energía y el de la sanidad.
Más allá de su costo, que suele ascender de mínima a algunas centenas de millones de reales, una supercomputadora requiere de una infraestructura que podría abastecer a una ciudad pequeña: subestaciones de energía eléctrica, sistemas de refrigeración permanente con aire acondicionado y miles de litros de agua. Las dimensiones físicas de un equipo de este tipo son sorprendentes: pueden pesar hasta 40 toneladas y ocupar una superficie de cientos de metros cuadrados.
En la 62ª edición del ranking semestral Top500 de los mayores parques de supercomputadoras comerciales en operación, Brasil figura en el 11º puesto de la lista mundial por países, con nueve de estos dispositivos, su mejor posición hasta ahora. Los cinco primeros le pertenecen a Petrobras y, entre ellos, el más destacado es Pégaso, que ocupa el 45º puesto a nivel mundial y posee un 20 % de la capacidad de la máquina que ocupa el 10º puesto. El equipo más potente dedicado a la investigación científica se encuentra alojado en el Laboratorio Nacional de Computación Científica (LNCC), del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), pero no figura en la lista debido a su arquitectura computacional.
La infraestructura de supercomputación de Brasil atraviesa un proceso de expansión, cuyo impacto será positivo para la investigación científica, tal como lo muestra el artículo estampado en la portada de esta edición. El LNCC y el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), en cuyas investigaciones se utilizan recursos computacionales en forma intensiva, tienen previsto modernizar sus equipos.
La noticia de que se registraron casos de alzhéimer contraído por transmisión apareció destacada en los medios de comunicación, causando alarma. El hecho de que este hallazgo salió publicado en una importante revista científica acrecentó los temores. Se trata del tipo más común de demencia y casi todos los casos se dan en la forma esporádica, es decir, debido a factores genéticos y ambientales y al estilo de vida.
En un reportaje esclarecedor, nuestro editor de Ciencias Biomédicas, Ricardo Zorzetto, sitúa en contexto el descubrimiento: pone de relieve que, en los cinco casos registrados, los pacientes habían sido sometidos en su infancia a un tratamiento con una hormona del crecimiento que ya no se utiliza desde hace casi 40 años. Además de llevar tranquilidad a la población alarmada, en el artículo se describe un mecanismo que ayuda a explicar cómo se propaga la enfermedad en el cerebro, identificado por otros investigadores.
La redacción de la evaluación del Examen Nacional de la Enseñanza Media (Enem) que se llevó a cabo en noviembre pasado tuvo como tema la invisibilidad del trabajo de cuidados que llevan a cabo las mujeres en Brasil. Uno de los materiales de apoyo para que los estudiantes desarrollaran sus textos fue el artículo de portada de la edición de enero de 2021 de Pesquisa FAPESP, sobre el mismo tema. El reportaje mostraba cómo el aumento de la esperanza de vida de la población y los nuevos ordenamientos familiares han incrementado la demanda de este tipo de servicios.
En este número, la reportera Christina Queiroz retoma el tema e informa que Brasil está preparando su primera política nacional de cuidados. Una investigación revela que en el país hay 24 millones de personas trabajando en este segmento, que abarca una diversidad de actividades, entre ellas, las de las empleadas domésticas, enfermeras, cocineras y peluqueras.
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