Un reptil con un pico curvo capaz de desgarrar trozos de carne, y “manos” con dedos largos y garras en forma de hoz, ideales para asirse a las ramas. Se trata del Venetoraptor gassenae, un animal del grupo de los lagerpétidos que hace alrededor de 230 millones de años medía aproximadamente 1 metro, pesaba entre 4 y 8 kilogramos y caminaba en dos patas con las manos libres. La descripción procede de un fósil hallado en el municipio de São João do Polêsine, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, del cual se conservaron partes importantes: un cráneo con la punta de la mandíbula y la parte posterior, incluyendo la órbita, y la mano con dedos largos, especialmente el cuarto dígito. “Este es el dedo alargado que proporciona soporte al ala en los pterosaurios”, explica el paleontólogo Rodrigo Temp Müller, de la Universidad Federal de Santa Maria (UFSM). Lo más interesante de este hallazgo es que echa por tierra la idea de que los animales de aquel período fueran genéricos y uniformes. “Con base en este descubrimiento inusitado, empezamos a darnos cuenta de que esa hipótesis sería errónea”, dice Temp Müller. “A partir de estos linajes tan diversos, la selección natural habría dado origen a los dinosaurios y a los pterosaurios” (Nature, 16 de agosto).
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