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FOTOLAB

Un brócoli marino

Uno podría pensar que ya ha visto algo así en su plato de comida. Pero esta imagen fue captada con la ayuda de un microscopio y un anticuerpo que colorea de un verde brillante la proteína tubulina de los tentáculos de un molusco: Limaria pellucida. Lo que resalta es la inervación, desde el nervio central hasta las ramificaciones que llegan a la superficie de los apéndices que rodean, como una corona, al animal que se asemeja a un mejillón amarillento de 4 centímetros de longitud, que habita en el canal de São Sebastião (São Paulo). Los estudios genómicos han demostrado la acción sensorial táctil y química de estos apéndices. “Estos invertebrados no tienen cabeza, se contactan con el entorno en que viven por medio de sus tentáculos”, explica Jorge Audino, de la Universidad de São Paulo (USP).

Imagen enviada por el zoólogo Jorge Audino, quien realiza una pasantía posdoctoral en el Instituto de Biociencias de la USP

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