Ventanas con forma de media luna y puertas accionadas mediante un sistema hidráulico: el agua entra por los orificios y permite la apertura. Se trata del hogar que construye y donde vive un minúsculo invertebrado marino cuyo nombre científico es Fenestrulina commensalis, que no aparece en la foto pero espía hacia afuera con sus tentáculos en busca de presas. Esta estructura microscópica de placas sólo fue hallada una vez, hace 10 años, en el estado brasileño de Espírito Santo, adherida como un azulejo a los tubos de una única especie de coral blando. Pero esto no significa que no exista más o que no pueda vivir en otros sitios: “Nadie repara en los briozoos”, lamenta el biólogo Leandro Vieira, quien se dedica a detectar y describir a ese tipo de fauna marina.
Imagen enviada por Leandro Vieira, docente de la Universidad Federal de Pernambuco
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