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Ingeniería automotriz

Un auto eléctrico en las dunas

Una startup del estado brasileño de Paraná desarrolla un buggy alimentado con electricidad y destinado al turismo de playa

Ilustración basada en dibujo técnico del Buggy Power

La pasión por los autos, el conocimiento adquirido en años de actividad en el sector eléctrico y la preocupación por el impacto de la contaminación sobre la salud y el medio ambiente impulsaron al ingeniero electricista Milton Francisco dos Santos Junior, de 41 años y oriundo del estado brasileño de Paraná, a encarar el reto de proyectar y producir un vehículo nacional 100% eléctrico. En el mes de enero, al cabo de más de dos años de investigaciones y pruebas con prototipos, él anunció el inicio de la fabricación del primer lote del Buggy Power, un arenero deportivo impulsado eléctricamente destinado al sector del turismo, fundamentalmente para hoteles y resorts de playa.

“Para hacer realidad este proyecto, a partir de recursos propios, conté con la ayuda de alrededor de 50 profesionales, entre ellos varios amigos”, relata el emprendedor, sin revelar el monto de su inversión. Estudios elaborados por su equipo estiman que en el país existe una demanda anual de alrededor de mil buggies. El mercado actual está dominado por modelos de combustión interna de fabricación artesanal. El Buggy Power se fabricará en tres versiones (económica, estándar y de lujo) y su precio partirá de los 99 mil reales. Un arenero convencional puede adquirirse por unos 45 mil reales, mientras que el modelo chino JAC iEV20, uno de los autos eléctricos más baratos que se venden en Brasil, parte de un precio de 125 mil reales.

El desarrollo del vehículo, según el ingeniero mecánico Manolo Gipiela, uno de los directores de eiON, la startup creada por Dos Santos, siguió el modelo adoptado en los procesos de innovación por la industria automovilística. “Comenzamos a trabajar en 2017 y para octubre del año siguiente, el primer modelo, denominado prototipo alfa, estuvo listo”, relata Gipiela. Para el final de 2019 quedó listo el segundo prototipo, el beta, que introdujo mejoras. “Ahora, comenzamos la fabricación del lote pionero, compuesto por seis unidades”, al que se lo conoce como cabeza de serie y está destinado a la estructuración de la cadena productiva y a los últimos ajustes. Los vehículos estarán listos para el segundo semestre. Luego de eso, la startup se propone iniciar la producción comercial.

En los últimos años, la cantidad de automóviles eléctricos en el mundo no paró de crecer y superó los 5 millones de unidades en 2018, según el informe Global EV Outlook 2019, de la Agencia Internacional de Energía, un incremento de un 63% en relación con el año anterior. La mayor flota la ostenta China, con un 45% del total, seguido por Europa (un 24%) y Estados Unidos (un 22%).

Al comienzo de 2019, Volkswagen presentó en el Salón Internacional del Automóvil, en Ginebra, el ID.Buggy, un vehículo conceptual dotado de motorización eléctrica. El buggy de la marca alemana será fabricado bajo una plataforma modular, que será la base de una nueva línea de vehículos eléctricos.

“Aunque el Buggy Power sea un vehículo para un cierto segmento, es importante que haya una empresa nacional produciendo un vehículo eléctrico en el país”, dice el ingeniero electricista Ricardo Takahira, vicecoordinador del Comité Técnico de Vehículos Híbridos y Eléctricos de la Sociedad de Ingenieros de la Movilidad (SAE-Brasil). “La iniciativa de eiON hace que el país acumule know-how para el desarrollo de proyectos de vehículos eléctricos más complejos”.

El vehículo contará con un conjunto de tecnologías embutidas que permitirá su monitoreo online y en forma remota

El proyecto del Buggy Power, según Milton Dos Santos, ostenta un índice elevado de nacionalización. Los componentes principales se fabrican en Brasil, con excepción de las células que se usan en el montaje de las baterías, que vienen de China, y del dispositivo BMS (Battery Management System), importado de Estados Unidos. El proyecto de la carrocería, en fibra de vidrio, fue ideado por los ingenieros y diseñadores de la startup, así como el chasis, la pieza de soporte sobre la cual se monta el vehículo, diseñado para incorporar el motor eléctrico y las baterías. Y el powertrain, el sistema de propulsión conformado por el motor eléctrico y los inversores de frecuencia, los provee la multinacional brasileña Weg, empresa con sede en el estado de Santa Catarina.

El tiempo estimado de recarga de las baterías, según informa eiON, es de dos a cinco horas, según la fuente de energía (220 o 110 voltios), y la autonomía del vehículo varía entre 150 y 200 kilómetros, dependiendo del modelo. La velocidad y torque, según Santos, son similares a la de los buggies convencionales, actualmente producidos por media docena de empresas, entre ellas la cearense (CE) Fyber y las fluminenses (RJ) Bugre y Baby.

Una particularidad del vehículo reside en el conjunto de tecnologías embarcadas que permite su monitoreo online y en forma remota. “Supongamos que una flota de 10 buggies pasea turistas por las playas de Ceará o las dunas de Natal. Desde la oficina, puede chequearse mediante un smartphone la ubicación, velocidad, el estado de las baterías y la temperatura del motor de cada uno de ellos”, explica Dos Santos.

La startup eiON, nombre que alude a las palabras “eléctrico, inteligente y online”, funcionó hasta el año pasado en su sede propia en Curitiba. En enero se trasladó a la aceleradora de startups del Servicio Nacional de la Industria (Senai), ligada al Sistema de la Federación de Industrias del Estado de Paraná (Sistema Fiep), localizado en un complejo al que se conoce como Campus de la Industria. “Somos vecinos del Instituto Senai de Innovación en Electroquímica, que realiza investigaciones en el área de las baterías, y del Centro de Movilidad Sostenible e Inteligente [que fue inaugurado como Centro de Tecnología de Vehículos Híbridos y Eléctricos]”, resalta el ingeniero Hélio Mitsuo Sugai, director administrativo y financiero de la empresa.

Fruto de una inversión de 13,7 millones de reales, el centro fue inaugurado al final de 2018. “Es un emprendimiento de suma importancia. Está equipado con laboratorios avanzados, contó con el apoyo de universidades y ensambladoras, entre las que figura Renault, que trabaja en el desarrollo de un vehículo eléctrico en el país”, declara Ricardo Guggisberg, presidente de la Asociación Brasileña de Vehículos Eléctricos. “El estado de Paraná siempre despunta en el ámbito de la electromovilidad”, dice, recordando los proyectos de motorización eléctrica (auto, ómnibus, camión y avión) que desarrolló la empresa Itaipu Binacional, ubicada en ese estado.

Más allá de la oferta de cursos para la capacitación de mano de obra especializada, el Centro de Movilidad Sostenible e Inteligente integra proyectos de innovación. El lugar dispone de 13 aulas y ocho laboratorios para el estudio y desarrollo de powertrains híbridos y eléctricos, estaciones de recarga de baterías y plataformas de comunicación V2X (entre vehículos y el ambiente que lo rodea), que equipan a vehículos autónomos, entre otros sistemas.

Dos Santos espera que la proximidad de eiON con el ecosistema de innovación del Campus de la Industria ayude a la startup a captar recursos para fabricar un automóvil eléctrico en forma duradera. Otros modelos más simples de vehículos a batería, tales como triciclos y carritos de golf ya se fabrican en el país. El primer modelo eléctrico nacional, un minicoche para dos pasajeros bautizado “Itaipu”, fue proyectado en los años 1970 por la empresa Gurgel (lea en Pesquisa FAPESP edición nº 104), pero no llegó a fabricarse. No obstante, ese modelo sirvió como base para el Itaipu E-400, un utilitario fabricado en 1981 y 1982 que logró vender pocas unidades.

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