El economista carioca Carlos Lessa, profesor emérito de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y expresidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), falleció el 5 de junio, a los 83 años de edad, como consecuencia de complicaciones causadas por el covid-19. Desde comienzos de la década de 1960, junto a otros economistas de Río de Janeiro, tales como Antonio Barros de Castro (1938-2011) y Maria da Conceição Tavares, Carlos Lessa ayudó a difundir y reinterpretar para la realidad brasileña los conceptos de desarrollo formulados en los años 1950 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que entre otras estrategias, estableció la industrialización como el faro a seguir para superar las desigualdades y la dependencia externa y hacía hincapié en la importancia del rol del Estado en ese proceso.
Aparte de la docencia en la UFRJ, en los años 1960 Lessa impartió cursos para la Cepal. En Brasil, entre las décadas de 1970 y 1980, fue docente en la Universidad de Campinas (Unicamp), y en ese entonces se unió al grupo de economistas que asesoraban al diputado Ulysses Guimarães, presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), agrupación que se oponía al gobierno militar a la que se afilió. En 2002, se convirtió en rector de la UFRJ, pero unos meses después dejó el cargo para asumir la presidencia del BNDES.
Sus alumnos lo describen como un intelectual de gran erudición y un maestro alegre e incisivo en el aula. “Tenía una mente multidisciplinaria y, si bien su fuero era la economía, trazaba grandes trayectos sociológicos en sus clases y charlas, y su pensamiento recurrente era la política”, recuerda Ricardo Bielschowsky, docente del Instituto de Economía de la UFRJ. En un artículo publicado en 2010 en la Revista de Economia Contemporânea, el economista Fábio Sá Earp, también docente de la UFRJ, explica que la trayectoria intelectual de Lessa se mezcló con su participación política y en la gestión pública y privada de manera inusual para un profesor universitario. “Merced a esa experiencia diversificada, una de las particularidades de Lessa es que su aporte más importante al debate político y económico en Brasil no se suscitó por medio de su obra escrita, sino a partir de las clases y las miles de conferencias que impartió a partir de la década de 1960”, escribió Sá Earp. “En el contexto actual resulta difícil entender la importancia de la conferencia en un mundo que no disponía de internet y en el cual parte de la información se censuraba y las reuniones públicas estaban signadas por el miedo a la represión”.
La producción académica de Lessa apuntó principalmente al análisis de las políticas económicas en Brasil, especialmente al proceso de industrialización y desarrollo, y ejerció influencia sobre generaciones de economistas durante las últimas cinco décadas. En 1964, elaboró un informe para la Cepal referido a la industrialización brasileña en la posguerra y las estrategias adoptadas por el gobierno en ese período, con hitos como la creación de Petrobras y de lo que entonces era el BNDE y, sobre todo, el Plan de Metas del presidente Juscelino Kubitschek (1956-1960). El informe, intitulado “Quince años de política económica”, circuló durante años en copias mimeografiadas entre investigadores y estudiantes de economía hasta que finalmente se editó como libro, en 1981. Lessa volvería a investigar el tema en su tesis doctoral intitulada “El concepto de política económica: ¿ciencia y/o ideología?”, que defendió en la Unicamp en 1976 bajo la dirección de Jorge Miglioli. En 1978 analizó las políticas económicas del gobierno de Ernesto Geisel (1974-1979), con énfasis en el II Plan de Desarrollo, en un trabajo que presentó al concursar como profesor titular de la UFRJ, con el título “La estrategia de desarrollo 1974-1976. Sueño y fracaso”, que posteriormente también se transformó en libro.
Según el economista Júlio Gomes de Almeida, de quien Lessa fue director de maestría en la Unicamp y posteriormente su colega en el Instituto de Economía de la UFRJ, su concepción de la política económica era bastante abarcadora. “Él no hacía una separación entre política económica y política de desarrollo. Entendía a la política económica no solo como las resoluciones en función de los intereses o la política fiscal, sino como un conjunto de estrategias capaces de conducir al país y promover el desarrollo, incluyendo áreas tales como la educación, tecnología y política industrial”, explica. En 1974, con la creación del programa de maestría en economía en la Unicamp, Lessa y Maria da Conceição Tavares se sumaron al cuerpo docente de la institución, al hacerse cargo de la cátedra de economía brasileña. “Ellos se turnaban, pero a veces daban clases juntos, lo que era una experiencia invaluable para los alumnos”, dice el economista Francisco Lopreato, docente del Instituto de Economía de la Unicamp, quien formó parte de la segunda camada de magísteres y también fue dirigido por Lessa.
La saga ciudad de Río de Janeiro, sumida en la decadencia económica cuando dejó de ser la capital de Brasil, se tornó para Carlos Lessa uno de sus temas de estudio
Otro de los libros de Lessa se ha convertido en una obra de referencia en la enseñanza de la economía. La redacción, en forma conjunta con Antonio Barros de Castro, de Introdução à economia – Uma abordagem estruturalista ya va por la 38ª edición y tuvo como germen a las notas elaboradas para los cursos de desarrollo económico de la Cepal a comienzos de los años 1960. Se trata de un rarísimo ejemplo de un libro de economía brasileño que consiguió rivalizar, en cuanto al número de ediciones, con el clásico Formação econômica do Brasil, de Celso Furtado, que fue reimpreso 35 veces.
Carlos Francisco Teodoro Machado Ribeiro de Lessa nació en el seno de una familia perteneciente a la aristocracia intelectual carioca, su padre era el médico y bibliófilo Clado Ribeiro de Lessa. Estudió en el tradicional Colégio Padre Antônio Vieira y se graduó en ciencias económicas en la Universidad de Brasil, la actual UFRJ. “Lessa tuvo profesores que, si bien pertenecían a una escuela económica tradicional y conservadora, ejercieron gran influencia sobre él. Disfrutaba sobre todo de las clases de Francisco San Tiago Dantas (1911-1964). Otros de los economistas de su época con los que tuvo una intensa experiencia de aprendizaje fueron Roberto Campos [1917-2001], Octávio Gouvêa de Bulhões [1906-1990] y Eugênio Gudin [1886-1986]”, dice Gomes de Almeida. Una vez graduado como economista, inició la maestría en análisis económico y comenzó a dar clases en la carrera de formación de diplomáticos del Instituto Rio Branco. Sin embargo, su influencia principal sería Celso Furtado: él describía la lectura de Formação econômica do Brasil como “un rayo de luz en mi vida”. “En esa época, profundizó en el trabajo de exponentes de otras escuelas, tales como Joseph Schumpeter, John Maynard Keynes y Karl Marx, que contribuyeron a darle forma a un conocimiento profundo y complejo de la economía”, añade Gomes de Almeida.
Un relato entrañable
Además de impartir cursos para la Cepal, también trabajó en la oficina de la Comisión de Río de Janeiro. “Existe un relato entrañable del economista Aníbal Pinto, jefe de esa oficina, quejándose del batifondo en la sala contigua, donde tres jóvenes economistas debatían a viva voz sobre el futuro de Brasil. Eran Lessa, Conceição Tavares y Barros de Castro”, dice Ricardo Bielschowsky. Luego del golpe militar de 1964, pasó a desempeñarse en instituciones educativas y de investigación latinoamericanas. Entre 1965 y 1968, transitó entre Chile, Nicaragua y El Salvador, enseñando en el Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (Ilpes), vinculado a las Naciones Unidas. También se vinculó con el Centro Interamericano de Capacitación en Administración Pública, trabajando en Buenos Aires y en Caracas. En 1969 retornó a Brasil, y fue contratado como docente del Instituto de Estudios en Administración Pública de la Fundación Getulio Vargas, en Río de Janeiro, donde permaneció hasta 1973. Al año siguiente, fue admitido en la Unicamp, institución con la cual estuvo vinculado hasta 1994. Pero desde 1978, también se convirtió en docente de la UFRJ.
En paralelo con su actividad académica, mantuvo una intensa participación en el debate público. Gomes de Almeida recuerda que, entre finales de los años 1970 y principios de los 1980, Lessa y él trabajaron juntos en una iniciativa del Instituto de los Economistas de Río de Janeiro. “Convocamos a economistas de todas las vertientes con el propósito de cuestionar la política económica de la dictadura. Dictamos muchos cursos y conferencias para asociaciones de todo tipo, sindicales, profesionales, del área de los medios de comunicación, y también en clases de otras universidades, debatiendo las maneras de fomentar el cuestionamiento de las políticas económicas del período militar. Lessa fue el responsable de todo eso”, recuerda. Hacia el final de la dictadura militar, afiliado al PMDB, fue invitado para ocupar un cargo público luego de la vuelta de la democracia. Entre 1985 y 1988 fue director del Fondo de Inversión Social (Finsocial) del BNDES. Su paso por la presidencia del BNDES, entre 2003 y 2004 estuvo signado por un rescate del papel del banco en el fomento al desarrollo y por las disputas con quien entonces era el ministro de Hacienda, Antonio Palocci.
Siempre conservó lazos con Río de Janeiro, que se transformó en uno de sus objetos de estudio. En 2000, escribió el libro intitulado Río de todos os Brasis, en el que aborda la saga de la ciudad, sumida en la decadencia económica cuando dejó de ser la capital de Brasil y manteniendo, no obstante, su estatus como símbolo nacional. En 1982, llegó a disputar un escaño por el PMDB de Río de Janeiro en la Cámara de Diputados, pero no obtuvo los votos suficientes. Entre 1993 y 1995, durante el primer gobierno de Cesar Maia como alcalde de Río, fue el director ejecutivo del Plan Estratégico de la Ciudad de Río de Janeiro. Durante el breve período de tiempo en el que fue rector de la UFRJ, organizó un bloco [murga callejera] de carnaval –Minerva Assanhada– que aún existe hoy en día. En 2012 adquirió una casona en ruinas en el barrio de Catete y lo transformó en una sala de conciertos. Su último libro fue Enciclopédia da brasilidade: Autoestima em verde-amarelo (2005). Lessa deja tres hijos y nietos.
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