Científicos europeos lograron por primera vez desviar rayos de una tormenta empleando pulsos láseres breves e intensos. El rayo láser fue disparado desde un dispositivo del tamaño de un automóvil instalado junto a una torre de telecomunicaciones de 124 metros de altura en los Alpes suizos en el verano (invierno en el hemisferio sur) de 2021. A lo largo de 10 semanas, durante las tormentas, el aparato disparó mil pulsos láser por segundo, interceptando cuatro rayos a más de 50 metros de la torre y desviándolos hacia el pararrayos de la antena, evitando que cayeran en lugares indeseados. Con la ayuda de cámaras de alta velocidad, los láseres modifican las propiedades del aire y abren un camino para la descarga de la electricidad que se forma entre las nubes. “Es como abrir un hueco en el aire”, comentó Aurélien Houard, físico del Laboratorio de Óptica Aplicada de la Escuela Politécnica de París, quien dirigió el proyecto, a la revista Nature. Los pararrayos de metal atraen los rayos y disipan su carga con seguridad, pero no los desvían y su alcance es limitado. Si se los mejora y abarata, los haces de láser podrían llegar a una altitud mayor en el cielo, apuntar en cualquier dirección y convertirse en una alternativa contra los rayos en edificios sensibles, tales como aeropuertos y hospitales (Nature y Nature Photonics, 16 de enero).
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