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Biología

Un intruso devastador en el mar brasileño

El pez león colorado se está propagando por toda la costa brasileña, perjudicando la pesca y la supervivencia de las especies nativas

Yusuf Kayaoglu / Getty Images

Tal vez arrojado al mar por acuaristas, el pez león colorado (Pterois volitans) fue encontrado por primera vez frente a las costas de Florida, en el sur de Estados Unidos, en el año 1985. Pronto se diseminó por toda la costa oriental de este país y llegó al golfo de México y al Caribe. Hacia 2020 atravesó la fuerte correntada de la desembocadura del río Amazonas y en tres años se asentó en algunos tramos del litoral brasileño de los estados de Pará, Piauí, Ceará y el archipiélago Fernando de Noronha. “Algunos ya han llegado al estado de Pernambuco, donde la corriente de Brasil, en dirección al sur, llevará a estos peces a ocupar toda la costa brasileña al cabo de un año”, pronostica el biólogo Marcelo Soares, de la Universidad Federal de Ceará (UFC), autor principal de una investigación nacional de las zonas ocupadas por esta especie de origen indoasiático. Equipos pertenecientes a organismos gubernamentales, pescadores y buzos han capturado 352 peces león colorado a profundidades que van de 1 a 100 metros, a lo largo de 2.766 kilómetros del litoral de Brasil. Los científicos propugnan la implementación de programas nacionales de control de las poblaciones de este pez exótico, que en el Caribe redujo las poblaciones de especies autóctonas depredando sus alevines. Otra especie del mismo género, el pez león soldado (P. miles), fue detectada en el mar Mediterráneo en 2012 y también causó efectos devastadores sobre los peces de la región. Cuando cae en las trampas de los pescadores, mata a los otros peces que entran en contacto con sus espinas venenosas. El pez león colorado llega a medir 47 centímetros de largo y se reproduce rápidamente, depositando en el agua unos 2 millones de huevos por año. Sus depredadores son otros peces de gran tamaño, tales como tiburones, meros y morenas, cada vez más raros en las costas brasileñas (Journal of Environmental Management, abril).

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