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PALEONTOLOGÍA

Un linaje de fósil hallado en el estado brasileño de Rio Grande do Sul sobrevivió a la mayor extinción del planeta

El predador vivió hace 252 millones de años y tenía parientes en la región de la actual Europa Oriental, en donde se ubica Rusia

Representación artística de Kwatisuchus rosai

Márcio Castro

Un singular hallazgo paleontológico realizado en el sur de Brasil confirma la sospecha de que hace unos 250 millones de años, la fauna de aquella época circulaba por Pangea, la masa terrestre que unificaba la totalidad de los continentes actuales. El fósil en cuestión, un anfibio que vivió en aquel período y que fue bautizado con el nombre científico de Kwatisuchus rosai, medía alrededor de 1,5 metros de longitud y estaba emparentado con especies que ya habían sido descritas en Rusia.

“Era un predador que pasaba la mayor parte del tiempo en ríos y lagos”, deduce el paleontólogo Felipe Pinheiro, de la Universidad Federal de la Pampa (Unipampa), en Rio Grande do Sul. El campus de São Gabriel, donde trabaja, está situado a una hora de viaje del lugar de las excavaciones: una finca ubicada en el municipio de Rosário do Sul, en la región occidental del estado. El ejemplar, descrito en enero en la revista científica The Anatomical Record, fue identificado a partir de los huesos fósiles del hocico, hallados en 2022.

K. rosai formaba parte de un grupo de anfibios denominados temnospóndilos, predadores de aguas poco profundas con un hocico largo como el de los cocodrilos, adaptado para capturar peces, razón por la que se los confundía con reptiles. “Entre las características anatómicas que sugieren un parentesco con los anfibios actuales, algunos temnospóndilos presentan evidencias de una fase larvaria, como los renacuajos”, explica Pinheiro.

El grupo sobrevivió a la mayor extinción que ha experimentado el planeta, a finales del período Pérmico (hace entre 299 y 252 millones de años), cuando desapareció alrededor de un 90 % de las especies marinas y un 70 % de las terrestres. En un mundo devastado donde los animales de gran tamaño se extinguieron, este anfibio fue uno de los más grandes.

“Este tipo de animales pequeños, resistentes y escasamente diversificados recolonizaron el planeta”, dice el paleontólogo salvadoreño Juan Carlos Cisneros, de la Universidad Federal de Piauí (UFPI), quien no participó en el estudio. Entre ellos estaban los cinodontes, antepasados de los mamíferos, y los arcosaurios, reptiles a partir de los cuales se originaron los dinosaurios, los cocodrilos y las aves. “Todos medían menos de un metro de largo”.

Alice DiasLos huesos fósiles del hocico permitieron describir la especieAlice Dias

El paleontólogo también especifica que K. rosai cazaba en tierra, tenía como ventaja una dieta variada y probablemente era capaz de excavar madrigueras que revestía con mucosidad, donde se protegía de la estación seca. Según él, casi todos los animales de aquel período excavaban túneles para protegerse y en Sudáfrica se han encontrado madrigueras con esqueletos de otros anfibios similares.

Los temnospóndilos se hicieron dominantes durante el Triásico (hace entre 252 y 201 millones de años), pero fueron reemplazados por los cocodrilos, que ocupaban el mismo nicho ecológico pero eran más grandes y ponían huevos con cáscara. Por esta razón eran más resistentes a la sequía, mientras que los anfibios dependían del agua para reproducirse.

El nombre Kwatisuchus procede de kwati, que en lengua tupí significa hocico largo, y suchus que es cocodrilo, en griego. El complemento en su nomenclatura binominal ‒rosai‒ es en honor al paleontólogo Átila Stock Da-Rosa, de la Universidad Federal de Santa Maria, quien colaboró en la localización, preservación y estudio de la formación donde se encuentra el yacimiento paleontológico, conocido como Sanga do Cabral. Este sitio es el único en Brasil que registra el período inmediatamente posterior a la extinción masiva del Pérmico-Triásico.

“El equipo de la Unipampa está revelando una fauna importante y poco conocida en Brasil”, reconoce el paleontólogo Max Langer, del campus de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo, quien no participó del estudio. Langer subraya que se hallaron muchos fósiles de aquel período en países tales como China, Australia, Rusia y Sudáfrica. “La conexión con la fauna de lo que actualmente es Rusia se evidencia en yacimientos situados en Paraná, Rio Grande do Sul y Maranhão”.

Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP

La gran migración
Según Pinheiro, es probable que animales como K. rosai migraran de un río a otro, al igual que las especies de caimanes que colonizaron Brasil. El investigador hace hincapié en que las lagunas del registro fósil hacen difícil determinar el camino recorrido por los anfibios entre los territorios actuales de Brasil y Rusia.

Con su equipo, proponen dos rutas posibles. En la primera y más breve, los animales habrían atravesado la región central de Pangea. Esta trayectoria contradice la idea dominante, según la cual, grandes cadenas montañosas aislaban el hemisferio norte de Pangea, conocido como Laurasia, del hemisferio sur, denominado Gondwana. “Quizá aquellas montañas no hayan sido infranqueables, como suponíamos, sino que había depresiones por donde los animales habrían podido pasar”, sugiere el investigador de la Unipampa.

La otra pasaría por un archipiélago, el puente Cathaysiano. Esta ruta habría requerido atravesar tramos de mar. “Podrían haberlo logrado a bordo de balsas naturales formadas por plantas, como hicieron los primates que llegaron a América”, propone Cisneros. Según el investigador, es posible que estos animales hayan tenido una mayor tolerancia al agua salada que los anfibios actuales.

Sin embargo, quedaría por explicar por qué K. rosai y otros especímenes hallados en Sanga do Cabral no tienen parientes en Sudáfrica, situada en una región que en aquel entonces estaba unida a lo que actualmente es Brasil”, dice Pinheiro.

Al igual que lo que ocurre con la crisis climática actual, la extinción del Pérmico-Triásico se produjo debido a la emisión de gases de efecto invernadero en la atmósfera, como resultado de una intensa actividad volcánica en la región que actualmente ocupa Siberia. “Un ecosistema diverso, con depredadores y herbívoros de gran tamaño, desapareció”, subraya Pinheiro. Según el paleontólogo, la recuperación fue lenta, ya que cualquier variación climática en un medio ambiente degradado podía causar nuevas extinciones. Veinte millones de años después aparecieron los primeros dinosaurios, que pasaron a dominar ecosistemas cada vez más complejos.

Artículo científico
PINHEIRO, F. et al. Interrelationships among Early Triassic faunas of Western Gondwana and Laurasia as illuminated by a new South American benthosuchid temnospondyl. The Anatomical Record. Online. 19 ene. 2024.

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