En el campo de la arqueología, São Paulo ha sido considerado durante mucho tiempo un estado casi sin registros del pasado. “Hasta ahora, los trabajos en la región habían sido esporádicos, sin investigaciones sistemáticas que permitieran identificar yacimientos, como así también la caracterización y análisis de los registros de arte rupestre”, comenta la arqueóloga Marília Perazzo, quien realiza una pasantía posdoctoral en el Laboratorio Interdisciplinario de Investigaciones en Evolución, Cultura y Medio Ambiente (Levoc), del Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de São Paulo (MAE-USP). “Nuestras investigaciones vienen a llenar un vacío en el ámbito de la arqueología paulista, lo que permite incluir a São Paulo en el mapa rupestre de Brasil”.
En el marco de un proyecto coordinado por el arqueólogo Astolfo Araujo, Perazzo y otros colegas del Levoc han estado estudiando estas áreas desde 2019 y ahora han diseñado un mapa interactivo de los sitios arqueológicos con registros de arte rupestre en el estado de São Paulo. Cuando comenzaron, los yacimientos conocidos eran 21, y en 2023, el equipo del MAE registró otros 33, lo que hace un total de 54.
En el mapa pueden observarse fotografías de los paneles rocosos, modelos tridimensionales, referencias bibliográficas, dataciones y otras informaciones al respecto de los yacimientos. El grupo empleó técnicas de fotogrametría y escaneo láser para generar réplicas digitales de los grabados y pinturas rupestres que se encuentran a disposición en el sitio web, que clasifica a los sitios arqueológicos en tres categorías: visitados, no visitados por el equipo del Levoc ‒ pero con registros bibliográficos de sus existencia ‒ y yacimientos destruidos. A la fecha, el equipo ha procesado las imágenes en 3D de seis de ellos.
El mapa paulista está inspirado en el proyecto Summa Arqueológica, de la Fundación Museo del Hombre Americano (Fumdham) en São Raimundo Nonato, estado de Piauí, sede del Instituto Nacional de Arqueología, Paleontología y Ambiente del Semiárido (Inapas), que se dedica a mapear información arqueológica y paleontológica de la región del semiárido del nordeste de Brasil. El centro de investigaciones es uno de los Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología (INCT) financiados por el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq). La plataforma, que registra 2.172 yacimientos arqueológicos, está siendo reformulada para hacerla más rápida, entre otras mejoras.
“El mapeo es una tendencia actual en el campo de la arqueología: hace tiempo que los investigadores buscan una forma interactiva de conectar la información que recogen con la sociedad, generar contenidos educativos y de divulgación científica”, dice el científico de la computación Eduardo Krempser, investigador del Inapas y uno de los responsables del desarrollo del proyecto Summa y del mapa de los registros de arte rupestre en São Paulo. “En el caso paulista, utilizamos tecnologías y lenguajes de programación robustos, todos de acceso libre”, dice.
Para alimentar el mapa, Krempser adoptó una plataforma en la que el investigador, al volver de una expedición de campo, introduce los datos recogidos, que quedan a disposición en tiempo real para los usuarios del mapa. “La plataforma almacena la información desde su recolección en campo hasta que es puesta a resguardo en una institución de investigación o en un museo”, explica. “De esta manera, puede reconstruirse todo el proceso de trabajo del hallazgo científico”.
En cuatro años de investigaciones, Perazzo ha visitado en persona 39 sitios arqueológicos. “El trayecto para llegar a algunos de ellos es agotador, hay que caminar mucho”, comenta la arqueóloga, quien no elige ninguno como su favorito, pero se muestra encantada con cada salida al campo. “Cuando llego y veo esas figuras es como si no hubiera caminado en absoluto, me renuevo y paso horas sentada allí”.
“Es sumamente importante que este trabajo se haya hecho ahora, porque registra la existencia de los sitios arqueológicos antes de su desaparición”, opina la arqueóloga Daniela Cisneiros, coordinadora del Programa de Posgrado en Arqueología de la UFPE e investigadora de la Fumdham, quien no participa en el trabajo de la USP. “Muchos de los yacimientos paulistas se encuentran en avanzado estado de deterioro y son muy frágiles, y están situados en áreas no protegidas. El conocimiento que pueda recabarse sobre ellos podría contribuir a protegerlos”.
Entre los conjuntos más impresionantes que han sido visitados se encuentra el de Pedra do Dioguinho, en el municipio de Dourado, en el centro del estado, a 280 kilómetros de la capital. Con 48 metros de extensión, se lo considera el mayor mural de arte rupestre del estado. Allí hay ciertos tipos gráficos llamados tridígitos, que son dibujos lineales que se asemejan a huellas de pájaros, como así también formas lineales, figuras circulares simples, semicirculares y punteadas. En total, se identificaron 16 grafismos. “Es un conjunto arqueológico precioso, uno de los más expresivos de São Paulo”, dice Perazzo.
Los análisis han indicado que data de hace unos 4.000 años, lo que no significa que todos los registros hayan sido hechos por grupos humanos en una misma época, advierte la arqueóloga, a la vez que destaca otros dos sitios arqueológicos que el equipo del Levoc también pudo datar: Abrigo do Alvo, en Analândia, y Abrigo de Itapeva (en la ciudad homónima). El primero es el más antiguo que se conoce en el estado, con registros rupestres que datan de hace unos 7.500 años; el segundo tiene una edad estimada de 4.700 años.
Resulta difícil precisar el significado de los grabados y pinturas, principalmente por la ausencia de un contexto. Es por ello que el trabajo de los investigadores de la USP está más centrado en su catalogación, preservación y tipificación. Sin embargo, es llamativo que pueda haber habido algún tipo de intencionalidad por parte de quienes dibujaron las escenas y las formas sobre las rocas. “Los registros rupestres, ya sean pinturas o grabados, representan un marcador de la memoria de los grupos que fueron sus autores”, opina Cisneiros.
En São Paulo, los grabados, tallados directamente sobre las rocas, son más frecuentes que las pinturas, que utilizan pigmentos y son más predominantes en el nordeste de Brasil. “En el sudeste, predominan las formas geométricas, con algunas pocas escenas y mayor cantidad de grafismos aislados: las figuras poseen escaso dinamismo, son más bien estáticas”, analiza la arqueóloga de la UFPE. Gran parte de los registros del nordeste se encuentran a orillas de los ríos y a cielo abierto, al contrario de los paulistas, que principalmente están situados en albergues rocosos.
Todas las características de los registros de arte rupestre hacen pensar a Cisneros en las personas que vivieron allí hace miles de años. “Para mí, tomar contacto con este tipo de información, poder observar estos grabados, representa un encuentro con la ancestralidad, va mucho más allá de un mero descubrimiento científico”, reflexiona.
Proyecto
La ocupación humana del sudeste de América del Sur a lo largo del Holoceno. Un abordaje interdisciplinario, multiescala y diacrónico (nº 19/18664-9); Modalidad Proyecto Temático; Investigador responsable Astolfo Gomes de Mello Araujo (USP); Inversión R$ 2.236.584,53.
Artículos científicos
AMARAL, M. P. V. et al. Registros rupestres na região central do estado de São Paulo: O Abrigo do Alvo, Analândia, São Paulo, Brasil. Boletim do Museu Paraense Emílio Goeldi. v. 17, n. 2. Online. dic. 2022.
PERAZZO, M., et al. Caracterização e análise dos registros rupestres do sítio Santo Antônio, Serra Azul, SP – Brasil. FUMDHAMentos. v. XVIII, n. 2, p. 73-101. may. 2021.