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Memoria

Un país en cifras

Con sus 80 años, el IBGE modernizó los servicios de estadísticas sociales y económicas de Brasil, pero en la actualidad padece la falta de recursos

Carteles de divulgación de los censos, que cuentan los habitantes del país cada 10 años

Archivo IBGE Carteles de divulgación de los censos, que cuentan los habitantes del país cada 10 añosArchivo IBGE

Los registros estadísticos producidos en Brasil hasta la década de 1930 eran irregulares e imprecisos. Pese al esfuerzo para recabar información constante y estandarizada y conocer mejor el país desde el punto de vista geográfico y cartográfico, Brasil pasó por las primeras décadas del siglo XX sin disponer de un archivo sistematizado de información que suministrase la real dimensión de su territorio y de su potencial agrícola, productivo y comercial. Con el objetivo de modernizar y de, por encima de todo, centralizar los instrumentos de estudio y mapeo estadístico de aspectos diversos de la vida nacional, se creó el 29 de mayo de 1936 el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que cumple 80 años.

El IBGE nació en un marco histórico signado por la percepción de la necesidad de promover el desarrollo nacional, un proceso al frente del cual debería ponerse el gobierno federal. Ese esfuerzo comprendía la modernización y la centralización de instrumentos técnicos tales como el de información estadística en la esfera estatal. La necesidad de contar con un organismo que albergase esos datos llevó al en ese entonces director de estadística del Ministerio de Educación, Mario Augusto Teixeira de Freitas, a desarrollar un modelo de gestión de la información territorial en el cual las decisiones operativas se concentrasen en un mismo órgano coordinador. “La creación del IBGE, en esa época Instituto Nacional de Estadística (INE), representó un movimiento de renovación de la estadística brasileña en términos operativos y de ampliación de las actividades de captación de datos relacionados con temas de interés del Estado”, comenta el historiador Nelson Senra, investigador de la entidad.

El camión de la campaña de divulgación del Censo de 1950 en 1970

Archivo IBGE El camión de la campaña de divulgación del Censo de 1950 en 1970Archivo IBGE

La geografía se incorporó al INE meses después de su creación. En noviembre de 1936, durante la Convención Nacional de Estadística, el embajador José Carlos de Macedo Soares, en ese entonces director del instituto, destacó la necesidad de que se elaborasen cartas físicas y políticas del territorio de los estados con la división de sus municipios. Sin embargo, faltaba un organismo que se dedicase exclusivamente a los estudios geográficos e informase la localización de las áreas que serían cubiertas por los censos, de manera tal de sumar datos geográficos a los estudios estadísticos. En marzo de 1937, se creó el Consejo Brasileño de Geografía (CBG), que se hizo cargo de los proyectos de reconocimiento del territorio nacional.
“El CBG se incorporó al INE el 26 de enero de 1938, y la geografía y la cartografía pasaron así a cumplir un rol fundamental en la calidad de los estudios estadísticos en Brasil”, informa el ingeniero cartógrafo Cláudio João dos Santos, del Departamento de Ingeniería Cartográfica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj).

Según Dos Santos, se le adjudicó tal importancia al IBGE que el entonces presidente Getúlio Vargas (1882-1954) sugirió que el órgano quedase instalado en el Palacio de Catete, en Río de Janeiro, entonces sede del poder ejecutivo y residencia oficial de la Presidencia. En 1938, Vargas decretó que los 1.540 municipios brasileños elaborasen mapas de sus territorios. “Los municipios que no presentasen sus mapas hasta 1940 tendrían sus territorios anexados a los respectivos municipios vecinos”, explica Dos Santos. “Todos entregaron los mapas”. En esa época, geógrafos extranjeros arribaron a Brasil con el objetivo de capacitar a los geógrafos del IBGE, incentivándolos a hacer cursos en el exterior, sobre todo en Francia,  Alemania y Estados Unidos. “Este intercambio desencadenó estudios geográficos en distintas regiones brasileñas”, explica el ingeniero cartógrafo Luiz Henrique Castiglione, de la Facultad de Ingeniería de la Uerj.

Material censitario que va a enviarse a Goiás días antes del comienzo de los trabajos de 1950

Archivo IBGE Material censitario que va a enviarse a Goiás días antes del comienzo de los trabajos de 1950Archivo IBGE

En 1941, Teixeira de Freitas elaboró y le presentó a Vargas el Plan de Base para Brasil, un documento en el que presentaba propuestas relacionadas con la unidad y la integración nacional. Los puntos incluían el reequipamiento administrativo, la redivisión territorial y el traslado de la capital del país al interior, entre otros. En 1942, a partir de la adopción de la división regional de Brasil en cinco regiones geográficas propuesta por el ingeniero y geógrafo carioca Fábio de Macedo Soares Guimarães (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 158), el IBGE expandió sus actividades a los estudios de geografía humana y regional. “Era necesario redescubrir Brasil y hacer una inmersión en aspectos de su realidad hasta entonces desconocidos”, comenta Senra. Para ello, el IBGE adoptó como método de investigación expediciones de campo, que permitían realizar observaciones minuciosas del proceso de ocupación del territorio y estudios inéditos de las transformaciones espaciales de país.

En 1943, la expedición a Jalapão inauguró un período de tres décadas de expediciones geográficas, al estudiar la región situada en el límite de los estados de Goiás (actualmente Tocantins) y Bahía. En 1949, el instituto suscribió un convenio con la Comisión del Valle del Río San Francisco para realizar mapeos geológicos y geomorfológicos de la cuenca del río e investigar sitios para la construcción de la Central de Paulo Afonso. En 1953, el órgano recorrió toda el área de transición de la Amazonia con el centro-oeste y el nordeste del país, lo que resultó en el estudio intitulado Delimitación de la Amazonia con fines de planificación económica, divulgado en la Revista Brasileira de Geografia, una publicación científica editada por el propio instituto entre 1939 y 1996 y que en agosto de 2016 será reeditada en celebración de los 80 años del IBGE.

Contabilización de datos de 1940

Archivo IBGE Contabilización de datos de 1940Archivo IBGE

Los estudios demográficos, sociales y económicos fueron determinantes para la construcción de la credibilidad y la relevancia del IBGE en el transcurso de las décadas, a juicio del sociólogo Simon Schwartzman, presidente del organismo entre 1994 y 1998 y en la actualidad investigador del Instituto de Estudios del Trabajo y la Sociedad. A partir de los años 1970, el IBGE se convirtió en una Fundación Pública de Derecho Privado y pasó a darle más énfasis a las estadísticas económicas, valiéndose de nuevos métodos y tecnologías para producir información sobre la evolución de la economía en todos sus aspectos, sobre el tamaño y la distribución de la población, el empleo, la educación, los ingresos, los índices de precios y las cuentas nacionales.

Con tantos servicios prestados, la sigla IBGE se volvió conocida para los brasileños gracias a los grandes censos demográficos, que cuentan a los habitantes del país cada 10 años y recaban información específica sobre la población. “Uno de los méritos del instituto en estos 80 años fue el de ser capaz de mantener un equipo técnico y profesional que dio continuidad a los trabajos, sin interrupciones o cambios bruscos de orientación”, sostiene Schwartzman. Por otra parte, añade, el IBGE perdió relevancia con relación a la producción de mapas e información territorial, en la actualidad a cargo de grandes empresas internacionales, aunque sigue produciendo mapas y cartas con la Dirección del Servicio Geográfico del Ejército.

El principal problema del instituto durante las últimas décadas, según el sociólogo, es la incertidumbre con relación a los recursos, que a menudo impiden que trabajos importantes se concreten. Recientemente, fue necesario cancelar dos investigaciones de gran porte debido a la falta de fondos, producto de los recortes en el presupuesto del organismo: el Censo Agropecuario y el Conteo Poblacional de 2016, cuyos costos estimados eran de 330,8 millones de reales y 2.600 millones de reales, respectivamente. Para Schwartzman, un área en la cual el organismo podría tener una incumbencia más fuerte es la ambiental, al combinar datos geográficos, climáticos, económicos y sociales y efectuar el seguimiento de la situación ambiental del país.

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