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Necrológicas

Un pensador del desarrollo

Wilson Cano fue uno de los fundadores del Instituto de Economía de la Unicamp y estudioso de la industrialización brasileña

El investigador, en una imagen de 1998: publicó 14 libros

Lalo de Almeida/ Folhapress

El economista paulistano Wilson Cano, un estudioso de la industrialización brasileña y de la relación entre el desarrollo económico y los desequilibrios regionales y urbanos, falleció el 3 de abril, a los 82 años. Esta convaleciente de un cáncer de páncreas y sufrió un infarto. Investigador del Instituto de Economía de la Universidad de Campinas (IE-Unicamp), Cano escribió 14 libros y participó en la formación de varias generaciones de alumnos de la Unicamp, habiendo dirigido a más de 60 alumnos de maestría y doctorado. La enfermedad le impuso tener que someterse a una cirugía hace dos años, pero aun así se mantuvo al frente de la cátedra de posgrado en Desarrollo Económico hasta 2019. Recientemente había lanzado un sitio web con su producción científica.

Era el menor de los seis hijos de un matrimonio de inmigrantes españoles, se graduó en la carrera de economía en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP). En 1962 cursó un posgrado en Planificación y Desarrollo Económico organizado por la Comisión Económica para América Latina (Cepal) en São Paulo, una experiencia que lo puso en contacto con docentes que él tomó como referencia para su formación, tales como Maria da Conceição Tavares, Carlos Lessa y el chileno Aníbal Pinto Santa Cruz (1913-1996). E inmediatamente se sumó al equipo de la oficina de la Cepal en Río de Janeiro.

Hacia el final de 1967, fue uno de los investigadores que reclutó la Unicamp para crear su Departamento de Planificación Económica (Depe). También fueron contratados otros de los nombres ligados al curso de la Cepal, tales como Luiz Gonzaga Belluzo, João Manuel Cardoso de Mello y Osmar Marchese. El Depe dio origen al Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas (IFCH) de la Unicamp, del cual, en los años 1980, se escindiría el Instituto de Economía. Las reflexiones sobre el desarrollo latinoamericano elaboradas en los años 1950 y 1960 por la Cepal fueron el punto de partida para la formación de una escuela de economía caracterizada por el pensamiento crítico en relación con la teoría ortodoxa (lea en Pesquisa FAPESP – Especial Unicamp 50 años).

Concentración industrial
En 1975 defendió su tesis doctoral, demostrando que los orígenes de la concentración industrial en el estado de São Paulo se remontaban al comienzo del siglo XX, merced a la expansión cafetera y el consiguiente desarrollo de la economía en el estado, y no a los cambios en el modelo de acumulación de capital posterior a la crisis de 1929, tal como se analizaba habitualmente. En 1977 fue publicada bajo el formato de libro, con el título Raízes da concentração industrial em São Paulo, que en la actualidad va por su quinta edición.

“Wilson Cano fue un investigador ejemplar”, lo define el economista Carlos Américo Pacheco, docente del IE-Unicamp, quien tuvo a Cano como director de su tesis doctoral, elaborada en 1996. “El libro Raízes da concentração industrial em São Paulo es un clásico. Revela como pocos otros trabajos la relación entre la economía cafetera, la industria y la urbanización. Siempre será una lectura obligatoria para quienes quieran entender la economía paulista y el Brasil de comienzos del siglo XX”, dice Pacheco, director presidente del Consejo Técnico Administrativo de la FAPESP.

Cano dirigió el IFCH en la segunda mitad de la década de 1970 y, entre 1990 y 1997, fue miembro del Consejo Superior de la FAPESP. Se jubiló en 2008 pero siguió dando clases y dirigiendo a alumnos de posgrado, vinculado al Cede. Su labor incluía la preocupación por el desarrollo urbano y regional, que era el área de investigación del Cede. Sus alumnos de posgrado destacaban que una de sus cualidades era su acompañamiento permanente para que nadie se desanimara, incluso llevándose alumnos a una chacra de su propiedad hasta que terminaran de escribir sus trabajos. Wilson Cano deja una esposa, Selma Maria Schwarzer Cano, tres hijos y seis nietos

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