
Tibério Diniz / Facebook Telégrafo de ventanillas en Praia da Vitória, en el archipiélago de Azores; los cordones abren y mantienen las ventanas abiertasTibério Diniz / Facebook
Antes de que existiera el suministro eléctrico, el primer telégrafo funcionó en el estado de São Paulo entre 1822 y 1828, estableciendo una comunicación entre la capital del estado y la ciudad de Santos, situada en la costa de dicho estado brasileño. Era del tipo de ventanillas, un método inventado por el cartógrafo portugués Francisco António Ciera (1763-1814), con tres ventanas que podían estar abiertas o cerradas, representando los números y letras. Al examinar documentos antiguos y vestigios arqueológicos, el experto en cartografía histórica Jorge Cintra, del Museo Paulista de la Universidad de São Paulo (USP), reconstruyó la historia y localizó las seis estaciones de retransmisión, la primera en Monte Serrat, en Santos, y la última en el Pátio do Colégio, en el centro de la capital. Los operadores en Santos y São Paulo codificaban y descifraban los mensajes y los puestos intermedios los recibían y retransmitían. “Si el clima era apacible, la transmisión tardaba una hora y media, pero si estaba nublado podía llegar a demorar días”, comenta Cintra. Sistemas similares funcionaron en los estados de Río de Janeiro, Bahía, Pernambuco, Ceará, Maranhão y Santa Catarina, hasta que fueron reemplazados por la red telegráfica a partir de 1852 (Anais do Museu Paulista, diciembre; Pesquisa FAPESP, edición nº 338).
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