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Trayectorias

Una científica en formación

Premian a una estudiante de grado de enfermería de la Universidad Federal de Minas Gerais, en Brasil, por su investigación sobre el tratamiento de la leishmaniasis tegumentaria

Raquel Soares Bandeira: el premio de la SBPC fue un aliento

Archivo personal

Ya desde una edad temprana, a la estudiante de enfermería Raquel Soares Bandeira le apasionaban los temas inherentes al funcionamiento del cuerpo humano, y por eso buscó formarse en esta área con miras a dedicarse a la investigación científica. “Siempre me he sentido atraída por el ambiente de los laboratorios y, al momento de elegir una carrera, tuve en cuenta las oportunidades que tendría de ingresar en proyectos de iniciación a la investigación científica”, relata la joven de 24 años, quien actualmente cursa el décimo semestre de la licenciatura en enfermería en la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), en Brasil.

Con una investigación iniciada en 2019 en el Laboratorio de Infectología y Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de dicha institución, Soares Bandeira fue una de las ganadoras de la edición 2021 del Premio Carolina Bori Ciencia & Mujer, concedido por la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC). El trabajo fue inscripto en la categoría Chicas en la Ciencia, que reconoce la producción de las jóvenes científicas, y cuyos requisitos principales de evaluación son la aplicación del método científico y el potencial de contribución futura de la investigación desarrollada.

La investigación que llevó a cabo Soares Bandeira junto al equipo del laboratorio y bajo la dirección del farmacéutico Eduardo Antonio Ferraz Coelho nació con el propósito de buscar alternativas para el tratamiento de la leishmaniasis tegumentaria, una enfermedad infecciosa causada por un protozoario del género Leishmania, que provoca lesiones en la piel y en las mucosas. La transmisión se produce por la picadura de mosquitos del género Lutzomya. “Además de ser altamente tóxicos para órganos como los riñones y el hígado, los tratamientos habituales para esta enfermedad son traumáticos, debido a que utilizan medicamentos que se administran por vía venosa o intramuscular, mediante inyecciones sumamente dolorosas”, informa. La investigadora explica que la naftoquinona, una molécula clasificada como hidrofóbica, es decir, que no se disuelve en agua, es una sustancia con probada eficacia para combatir virus, bacterias y hongos, además de presentar una acción antitumoral. “Con base en esas propiedades, decidimos probarla también en el tratamiento contra la leishmaniasis”, relata.

Los estudios, que se realizaron con grupos de ratones, partieron de la inserción de naftoquinona en micelas, un conjunto de moléculas con una estructura similar a la de las membranas celulares humanas. “Utilizamos las micelas para potenciar la eficacia del medicamento, dado que estas elevan la disponibilidad del fármaco en el organismo y exhiben gran estabilidad en el torrente sanguíneo”, dice.

Para verificar los resultados, Soares Bandeira analizó la respuesta inmune y la carga parasitaria en los ratones, además de la producción de citoquinas importantes para combatir al protozoo. “Además de generar una respuesta inmunológica satisfactoria, con disminución de la carga parasitaria e involución de las lesiones en la piel, los animales sufrieron escasas alteraciones en sus hígados y riñones”, explica. El grupo de control, conformado por ratones tratados con otros medicamentos que ya se encuentran en uso y presentes en el mercado, exhibió un compromiso considerable en esos órganos.

Cuando supo que recibiría el premio de la SBPC, Soares Bandeira se encontraba realizando una práctica. “Fue bastante significativo porque estaba atendiendo pacientes con covid-19. La noticia fue un aliento en medio de tanto sufrimiento”, recuerda la estudiante, que ahora hace planes para ingresar al programa de maestría en infectología y medicina tropical de la UFMG.

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