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Una farmacia natural

La falsa árnica (Lychnophora ericoides), también conocida popularmente como árnica brasileña, usada como analgésico, antimicrobiano y cicatrizante, atesora una verdadera usina química. No se trata tan sólo de los compuestos que la planta produce, sino también de una profusión de microorganismos que habitan en ella. El hongo Coniochaeta sp., por ejemplo, adopta una coloración rojiza como respuesta a un fungicida liberado por la bacteria Streptomyces albospinus (la masa blanca a la izquierda). La comprensión de estas interacciones químicas y la descripción de las sustancias pueden contribuir al desarrollo de fármacos, insecticidas y herbicidas, entre otras aplicaciones.

Imagen enviada por Andrés Mauricio Caraballo Rodríguez, doctorado en la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo

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