Una empresa con sede en el estado de Texas (EE.UU.), denominada Cabell International, anunció que a finales del mes de junio lanzará un servicio para suscriptores de una serie de revistas consideradas predatorias, es decir, aquéllas que aceptan publicar artículos sin realizar una revisión formal por pares, generalmente sólo a cambio de dinero. El servicio se lanzará tras el vacío que dejó una popular lista de revistas sospechadas que mantenía en internet Jeffrey Beall, bibliotecario de la Universidad de Colorado, que durante mucho tiempo sirvió como referencia para los autores preocupados por publicar en revistas científicas respetables. La lista de Beall salió del aire al final de 2016, sin que su responsable diera una explicación.
En declaraciones a la revista Nature, Kathleen Berryman, ejecutiva de Cabell, manifestó que el servicio ya dispone de un banco de datos conformado por 3.900 revistas. La empresa provee a sus clientes una lista de periódicos científicos confiables, pero también dice haber detectado interés en una lista de publicaciones cuyas prácticas son dudosas. El servicio tendrá en cuenta 65 apartados, entre los cuales figurará la ausencia de políticas de revisión por pares transparente y de prevención del plagio. Las informaciones serán recopiladas por un equipo integrado por cuatro empleados. El costo del servicio aún no está definido.
El biofísico David Cameron Neylon, docente de la Universidad de Curtin, en Australia, quien se desempeñó como director de la Public Library of Science (PLOS), le dijo a la revista Nature que considera que las listas negras son contraproducentes. Según el investigador, resulta difícil elaborar listas de ese tipo en forma adecuada y reunir un compendio completo de publicaciones sospechadas. Cameron Neylon considera que los investigadores deberían ser capacitados para distinguir cuáles publicaciones son confiables y fiarse de listas de revistas recomendables.
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