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Botánica

Una relación compleja entre insectos y plantas

Carlos Eduardo Nunes/ Unicamp Hembra de un escarabajo del género Montella depositando un huevo en una flor de la especie Dichaea cogniauxianaCarlos Eduardo Nunes/ Unicamp

Cuando se piensa en la polinización, surge mentalmente la visión romántica de abejas o colibríes volando de flor en flor, salpicados de polen. Pero la realidad puede ser más dramática, tal como ocurre con las orquídeas de la especie Dichaea cogniauxiana. Las hembras de los escarabajos del género Montella, cuyo tamaño es de 2 milímetros, visitan las orquídeas y transportan el polen del órgano masculino al órgano femenino de la misma flor. A continuación depositan allí sus huevos, de los que salen las larvas dispuestas a atiborrarse del fruto que se formó gracias a la intervención fertilizadora de las madres. Cuando eso ocurre, las semillas son devoradas y la orquídea desperdicia su esfuerzo reproductivo. Al cabo de cinco años de observación, científicos de la Universidad de Campinas (Unicamp) notaron que un tercio de los frutos infestados recibieron ayuda de una especie de avispas parasitoides, que mataron a las larvas del escarabajo. En esos casos, los frutos de las orquídeas se desarrollaron en forma normal, según el estudio, que formó parte de la tesis doctoral del biólogo Carlos Eduardo Nunes en la Unicamp, bajo la supervisión de Marlies Sazima (Current Biology, edición de marzo). Los investigadores calculan que ese sistema compensa a la planta, donde los polinizadores gentiles son raros. Con la ayuda de las avispas, las orquídeas de esa especie polinizadas por el escarabajo tienen más posibilidades de producir semillas viables que las que nos reciben la visita de esos insectos.

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