Durante la pandemia, una parte importante de la población mundial no tuvo posibilidades de seguir una de las recomendaciones básicas de las autoridades sanitarias para reducir el riesgo de transmisión del nuevo coronavirus: el lavado frecuente de las manos. ¿El motivo? La falta de agua y jabón. En 2020, unos 2.300 millones de personas, el equivalente al 30 % de la población mundial, no disponían de agua, jabón o ambos, según estiman la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el informe Progress on housenhold drinking water, sanitation and hygiene 2000-2020, publicado el 1º de julio. Los cálculos se hicieron tomando como base la información disponible de 79 países de todas las regiones del mundo; la mayoría de los países de altos ingresos no disponen de datos sobre el tema. Pese a lo inimaginable del escenario, la situación ha mejorado en los últimos tiempos. Entre 2015 y 2020, el total de personas con acceso a los servicios básicos de higiene pasó de 5.000 a 5.500 millones. Los países que menos han avanzado son los del África subsahariana y de Oceanía. Una de las metas de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas apunta a que para 2030, el agua y el jabón estén disponibles para toda la población mundial. Para lograrlo, en los próximos años deberá cuadruplicarse el ritmo de provisión de estos servicios.
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