Imprimir Republish

Tapa

Comienzan los testeos en Brasil

Con la premisa de entender la dinámica de la pandemia, diversas iniciativas apuntan a ampliar la aplicación de pruebas de diagnóstico de covid-19 en el país

Extracción de sangre en la ciudad de Pelotas (Rio Grande do Sul) para la realización de pruebas rápidas en el marco del estudio Epicovid19-BR

Daniela Xu/ UFPel

Finalmente, Brasil intenta conocer el alcance de la pandemia del nuevo coronavirus, cuyo primer caso fue informado hace más de tres meses, el 26 de febrero. En las últimas semanas se han puesto en marcha programas de testeos masivos y comenzaron a difundirse los primeros resultados de estudios epidemiológicos que pueden ayudar al país a entender la dinámica de la enfermedad y a diagramar estrategias para combatirla. Entre los proyectos principales sobresalen la investigación nacional denominada Evolución de la Incidencia del Contagio por Covid-19 (Epicovid19-BR), coordinada por la Universidad Federal de Pelotas (UFPel), en Rio Grande do Sul, un estudio piloto en la capital paulista, encabezado por el grupo Fleury, y un programa de testeo a gran escala a cargo de la gobernación del estado de São Paulo.

Los expertos afirman unánimemente que estas iniciativas son importantes porque Brasil es uno de los países que menos testea a su población. Según el Ministerio de Salud, la tasa de pruebas al final del mes de mayo era de 4.200 análisis por millón de habitantes, el menor índice entre las naciones con mayor cantidad de casos. Por entonces, en el país se habían realizado 871.800 exámenes moleculares del tipo RT-PCR, que detectan fragmentos del ARN del virus en muestras extraídas del fondo de la nariz o de la garganta, de los cuales 460.100 fueron procesados en laboratorios de la red de salud pública y 411.700 en los cinco mayores laboratorios privados. El organismo no informó la cantidad de test serológicos rápidos que detectan la presencia de anticuerpos en la sangre.

“Brasil debería testear a gran escala para reducir el número reproductivo efectivo [el índice referente al contagio entre personas], siguiendo los protocolos orientados a la identificación de los individuos infectados, para aislarlos y permitir el rastreo de sus contactos, sumado a la adopción de medidas de distanciamiento físico, aislamiento social y cuarentena”, dice el epidemiólogo Hélio Neves, de la Facultad de Ciencias Médicas del Hospital Santa Casa de São Paulo. “Se tardó demasiado en tener a disposición en el país los test RT-PCR, y en un volumen razonablemente adecuado, algo que todavía no ha sido resuelto plenamente”.

Otro obstáculo que señalan los especialistas es la lentitud en el procesamiento de los test. “Aunque se promociona la amplia capacidad de las decenas de laboratorios públicos y privados para la realización de las pruebas moleculares, en la práctica eso no ocurre. Muchos municipios aún no han sido habilitados ni orientados para el uso de esos exámenes”, resalta Neves. Hacia el final de mayo, más de 2 millones de test RT-PCR aguardaban turno para ser procesados en la red pública. Además, la falta de un insumo trivial, el swab, una especie de hisopo o escobilla estéril para la extracción de muestras de individuos sospechosos, también contribuyó para el bajo número de pruebas en el país.

En un intento por imprimirle un nuevo ritmo al testeo, el Ministerio de Salud lanzó en mayo la estrategia denominada Diagnosticar para Cuidar, que contempla la realización de 46,2 millones de pruebas de aquí al mes de septiembre. De ese total, 24,2 millones son diagnósticos de biología molecular RT-PCR y 22 millones, exámenes rápidos por serología. En las primeras semanas del programa, se distribuyeron a los estados 8 millones de test. El plan del ministerio apunta a que los análisis moleculares se apliquen en los casos que transitan hasta los siete días del comienzo de los síntomas, cuando el virus está actuando en el organismo del paciente. En tanto, los test rápidos, que identifican en pocos minutos la respuesta inmunológica del organismo a la infección, deben realizarse luego del octavo día de la aparición de los síntomas.

La estrategia que adoptó el estado de São Paulo sigue una línea similar. La intención de la gobernación paulista es realizar de aquí al mes de agosto 1,3 millones de exámenes RT-PCR y 2 millones de test rápidos. Según declaraciones del hematólogo Dimas Tadeu Covas, director del Instituto Butantan y coordinador del Centro de Contingencia del Coronavirus en São Paulo, con la ampliación del diagnóstico el estado alcanzará un índice de 27 mil test por millón de habitantes, similar a lo testeado en algunos países europeos. A mediados de mayo, el estado con el mayor índice de testeos era Ceará, con 5.400 exámenes por millón de habitantes.

Los test rápidos, de baja precisión, pueden reportar resultados imprecisos y confundir a la población

Con el programa paulista, las personas que refieren síntomas leves de la enfermedad comenzaron a ser testeadas con el examen RT-PCR que, hasta entonces, solo estaba destinado a los pacientes internados y a los profesionales de la salud con síntomas. En tanto, los test serológicos rápidos, en una primera etapa se destinaron a los agentes de seguridad pública y sus cohabitantes, comenzando por los que cumplen tareas en la capital paulista. A continuación, será el turno de los profesionales de la salud y los familiares de personas que tuvieron contacto con enfermos.

La desventaja de los test rápidos –para cuya aplicación se toma una muestra de sangre mediante una incisión en la punta de un dedo hecha por un bisturí–, reside en que, si se lo realiza en los primeros días de la infección, cuando el organismo todavía no ha producido los anticuerpos IgM e IgG, el resultado será negativo, cuando en realidad, el individuo podría estar contagiado. La producción de IgM comienza a partir del séptimo al décimo día de iniciarse la infección, mientras que la del IgG, cuyo efecto es más permanente y se supone que protegería al paciente de infecciones futuras, ocurre después de alrededor de 15 a 20 días del momento del contagio.

Asimismo, los expertos advierten sobre la escasa confiabilidad de algunos kits de diagnóstico rápido que se utilizan en el país. Un estudio elaborado por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), en Río de Janeiro, a cargo del hepatólogo Hugo Perazzo, reveló que los 16 test evaluados al final del mes de marzo presentaban baja sensibilidad, es decir, que su capacidad para detectar correctamente a los individuos enfermos era reducida.

“Esos test pueden ser de utilidad en la emergencia médica durante la pandemia de covid-19 en Brasil”, apuntó el estudio, que salió publicado en la revista The Brazilian Journal of Infectious Diseases. “No obstante, cabe destacar que el índice de resultados falsos negativos de los test que detectan anticuerpos IgM para Sars-CoV-2, utilizados para diagnosticar el covid-19 durante la fase aguda, creció de un 10% a un 44%”. El equipo evaluó la totalidad de los 16 test aprobados por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) hasta aquel mes. Actualmente ya hay más de 100 disponibles.

El estudio se llevó a cabo a partir de los datos de sensibilidad y especificidad (la capacidad del test para detectar correctamente a los individuos que no padecen la enfermedad, evitando falsos positivos), informados por las empresas cuando solicitan la aprobación del producto en la Anvisa. Sucede que se están aprobando test tan solo a partir del análisis de las informaciones provistas por los solicitantes de los registros, sin un análisis previo de laboratorio.

“Anvisa flexibilizó algunas reglas para permitir una evaluación más ágil de las solicitudes de registro de productos destinados a combatir el Covid-19. Eso incluye a los test, que no son evaluados previamente en laboratorio, aunque se los está monitoreando en forma conjunta con el INCQS [Instituto Nacional de Control de Calidad en Salud, de la Fiocruz] y el Ministerio de Salud”, informó Leandro Rodrigues, gerente general de Productos para la Salud de la Anvisa. Al final del mes de mayo, dos de los 20 test monitoreados por el INCQS habían sido considerados “insatisfactorios”.

Uno de los kits evaluados por la Fiocruz lo fabrica la empresa china Wondfo. El gobierno federal adquirió un lote de 5 millones de unidades de ese test. Su sensibilidad se ubica en un 86%, lo que representa un riesgo de falso negativo de un 14%, un índice elevado para su empleo en la clínica médica. Por eso, los expertos sostienen que las pruebas serológicas rápidas no son lo ideal para elaborar diagnósticos, determinando quién se infectó o no de vovid-19, como así tampoco sirven para liberar a las personas de la cuarentena al, supuestamente, haber adquirido anticuerpos contra el virus, el mentado certificado de inmunidad, sobre el cual todavía pesan muchas dudas.

Léo Ramos Chaves Testeo por drive-thru en un centro comercial de São Paulo: para evitar colas y amontonamientosLéo Ramos Chaves

A partir del final de abril, las farmacias están autorizadas a realizar test rápidos entre la población para detectar anticuerpos del virus Sars-CoV-2. La disposición de Anvisa apuntó ampliar la oferta y la red de testeos de modo tal de reducir la demanda en los servicios públicos de salud. Esa medida generó críticas entre los expertos. “Debido a su escasa precisión, los test serológicos rápidos no deben utilizarse en las farmacias porque confunden a la población”, pondera la bióloga Natalia Pasternak, fundadora del Instituto Questão de Ciência y colaboradora científica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (ICB-USP).

En opinión de la investigadora, esos test están indicados solamente para su uso en estudios epidemiológicos, en los cuales el índice de falsos negativos puede corregirse mediante el uso de herramientas estadísticas. Eso es lo que está haciendo el equipo de la UFPel que coordina la investigación de incidencia nacional Epicovid19-BR. Este monitoreo, que está previsto para realizarse en 133 municipios brasileños, emplea el kit de diagnóstico del laboratorio Wondfo. En total, los equipos del Ibope testearán a 99.750 personas en tres etapas, con un intervalo de 21 días entre cada etapa.

“En un principio, una de nuestras mayores preocupaciones fue la elección del test. Si bien los test serológicos rápidos no son tan precisos como aquellos que se procesan en laboratorio, ellos son la elección obvia para los estudios a gran escala como es el caso del nuestro”, le dijo a Pesquisa FAPESP el epidemiólogo Aluísio Barros, del Centro de Investigaciones Epidemiológicas de la UFPel y uno de los coordinadores del proyecto Epicovid19-BR. “La operatividad de campo en un estudio de alcance nacional es fundamental. Por eso, optamos por un test de aplicación sencilla. Si se sopesan la logística y la confiabilidad, el test es muy bueno”.

Los resultados de la primera fase de la investigación, que se realizó en mayo, revelaron una prevalencia del 1,4% de covid-19 entre la población de las localidades visitadas, un índice siete veces mayor de lo que registraban las estadísticas oficiales. Si eso se extrapola al conjunto de los brasileños, el cálculo que surge de la Epicovid19-BR sugiere que la cifra de contagiados en el país sería de alrededor de 2,5 millones de personas, bastante más que los 365 mil casos confirmados para ese entonces.

El estudio también reveló que el país aún se hallaba lejos de lograr la inmunidad colectiva o de rebaño, cuando el 70% de la población debería haber contraído el virus. Cuando esto ocurre, el alto número de individuos inmunes bloquea la transmisión del virus, al haber poca gente susceptible, y la epidemia queda bajo control. Sin embargo, hasta que eso ocurra, habrá una cantidad excesiva de fallecimientos.

La capital paulista, epicentro de la pandemia en el país, también dio inicio a un estudio por muestreo para saber qué cantidad de personas poseen anticuerpos contra el nuevo coronavirus. Este mapeo, coordinado por el grupo Fleury, Ibope y el Instituto Semeia, se llevó a cabo en seis barrios de la capital, los tres con más defunciones y los tres con mayor incidencia de la enfermedad. Los resultados de la primera etapa revelaron que un 5,2% de la población de esas zonas ya estuvieron en contacto con el virus.

“Una de las particularidades de nuestro estudio radica en que los equipos extraen sangre de una vena, y no de la punta de un dedo, tal como se hace en el caso de los test rápidos”, informa el infectólogo Celso Granato, director clínico del grupo Fleury y docente en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). “El test, un producto de la empresa china Snibe, se analiza mediante una metodología de quimioluminiscencia, cuya sensibilidad y especificidad se ubican en torno del 90%”.

El infectólogo del grupo Fleury explica que los resultados de la investigación proveen una radiografía momentánea del porcentaje de la población que podría hallarse inmunizada para el virus en los barrios visitados. Con la realización de la segunda etapa de visitas, que prevé recabar muestras de sangre en todos los barrios de la ciudad, se podrá calcular la velocidad de difusión del virus. “Así podremos conocer la dinámica de la epidemia entre nosotros”, dice Granato.

Experto en modelado teórico y computacional en salud, el físico Domingos Alves, investigador del Centro de Información e Informática en Salud (Ciis) de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la USP (FMRP-USP), hace hincapié en la importancia de los estudios epidemiológicos, tales como los que llevan adelante la UFPel y el grupo Fleury. “Ellos revelan un escenario más realista de la pandemia. Hoy en día, no tenemos noción de lo que está ocurriendo en el país, porque tan solo testeamos los casos que requieren internación. La subnotificación es alarmante”, dice Alves. “El testeo masivo permite monitorear la evolución de la pandemia, aislar a quienes están enfermos y disminuir la circulación de pacientes sintomáticos y asintomáticos. Y puede ayudar a definir la relajación de las medidas de cuarentena”.

Republicar