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Salud

Con foco en el bacilo

Un test rápido, portátil y sensible podría ser una herramienta útil para prevenir la lepra y favorecer su diagnóstico precoz

Imagen del microorganismo que causa la lepra, obtenida mediante microscopía electrónica

Kateryna Kon / Science Photo Library / Getty Images

Una prueba serológica desarrollada por científicos de las universidades federales de Paraná (UFPR) y de São Carlos (UFSCar), en Brasil, podría ayudar a controlar la enfermedad de Hansen, como también se denomina a la lepra. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 3 y 4 millones de personas sufren discapacidades permanentes asociadas a esta enfermedad infecciosa que afecta a la piel, los nervios y los músculos, provocando lesiones, pérdida de sensibilidad y debilitamiento progresivo si no se la diagnostica y se la trata precozmente.

El test, por el cual han presentado una solicitud de patente los docentes Juliana Ferreira de Moura, del Departamento de Patología Básica de la UFPR, y Ronaldo Censi Faria, del Departamento de Química de la UFSCar, es portátil, sensible y ofrece un resultado en 40 minutos. Además, es poco invasivo para detectar la enfermedad. Las estudiantes de doctorado Cristiane Zocatelli Ribeiro, de la UFPR, y Sthéfane Valle de Almeida, de la UFSCar, también figuran como autoras en el registro de la invención.

Se trata de una prueba inédita, según informaron sus inventores, y consiste en la utilización de un fragmento de la proteína (péptido) específico del bacilo causante de la lepra, Mycobacterium leprae, para detectar los anticuerpos presentes en las muestras de sangre: cuantos más anticuerpos, más bacilos hay en el organismo. El péptido es sintético, producido en forma artificial, porque el bacilo M. leprae no puede cultivarse en los medios convencionales, tal como se hace con la mayoría de las bacterias, y se lo combina químicamente con una partícula con propiedades magnéticas. De esta manera, mediante el uso de un imán, es posible concentrar y aislar los anticuerpos. “En el análisis de la muestra de sangre, conseguimos descartar el suero y los demás compuestos que interfieren, separando solamente lo que es relevante para la detección de los anticuerpos que combaten la lepra”, describe Faria (véase la infografía sobre el funcionamiento de la prueba).

Infografía: Alexandre Affonso

En la actualidad, el diagnóstico de la lepra se realiza principalmente en forma clínica, es decir, con base en los síntomas que detecta el médico al examinar al paciente o al evaluar las molestias y los síntomas que este refiere, que pueden llegar a manifestarse años después de que el bacilo infecta su organismo. “Existen exámenes complementarios del diagnóstico clínico, como la baciloscopia por raspado dérmico y la biopsia cutánea, en las cuales se extraen muestras de la piel del paciente para su análisis en el laboratorio con el propósito de detectar los bacilos y observar la estructura cutánea. Pero son procedimientos más invasivos, costosos y dependientes del trabajo de los técnicos que la prueba que hemos desarrollado”, declara Moura.

Un reto mundial
La lepra, mencionada en los relatos del Antiguo Testamento como una plaga contagiosa y degradante que excluía a sus portadores de la convivencia social, se considera una enfermedad tropical desatendida (ETD), con unos 200.000 nuevos casos anuales, el 14 % de los cuales se registra en Brasil, que solo se ubica por detrás de la India en cuanto a casos. De los 27.800 casos nuevos registrados en el país en 2019, el 8,5 % (2.351) correspondió a pacientes diagnosticados con el grado 2 de la enfermedad, una fase avanzada que presenta deterioros irreversibles.

La lucha contra las ETD forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para 2030 (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 302). Aunque la ONU y la OMS se han propuesto erradicar la lepra en los próximos 10 años, la enfermedad, que se transmite por las vías aéreas superiores, es considerada endémica en las regiones del norte y centro-oeste de Brasil. Las enfermedades endémicas son aquellas que se manifiestan con cierta regularidad en determinadas zonas, con una cifra prevista de casos.

Un aspecto clave de la estrategia global de la OMS, denominada “Hacia la lepra cero”, es la detección activa y temprana de nuevos casos. “Querríamos poder llevar el test a las zonas endémicas para identificar a las personas que poseen anticuerpos. De esta manera, se las podría enviar a consulta médica para confirmar el diagnóstico y realizar un seguimiento en busca de síntomas de lepra. Aún no sabemos hasta qué punto la detección de anticuerpos es una señal del desarrollo de la enfermedad”, explica Moura.

Lo más importante, según la docente de la UFPR, es que a la menor señal de manifestación de la infección pueda aplicarse el tratamiento. “El tratamiento precoz es importante en el caso de la lepra por dos motivos. En primer lugar, porque el paciente deja de transmitir el bacilo en pocas semanas, interrumpiendo la cadena de contagio. Y segundo, porque pueden controlarse los síntomas y prevenirse las secuelas graves, tales como la pérdida de la visión, de la fuerza, de la movilidad y las deformidades, entre otras”, dice Moura.

La investigadora subraya que, más allá de promover la derivación de los pacientes al médico cuando todavía se encuentran en las fases iniciales de la enfermedad, la prueba serológica ayuda al especialista a poder definir el tratamiento más adecuado. Esto se debe a que, dependiendo de la cantidad de anticuerpos detectados, puede determinarse si el paciente tiene pocos bacilos en el organismo (paucibacilar) o muchos (multibacilar). “La detección de anticuerpos en los paucibacilares habilita al médico a indicar un tratamiento a alguien que podría no estar diagnosticado. Además, dispone de información precisa para ofrecerle el tratamiento más adecuado, que suele durar seis meses para los paucibacilares y doce meses para los multibacilares”.

El experto en lepra Marcos César Florian, del Departamento de Dermatología de la Escuela Paulista de Medicina de la Universidad Federal de São Paulo (EPM-Unifesp), comenta que los test rápidos, como el de la UFPR/UFSCar, amplían la capacidad de diagnóstico actual y contribuyen al control del contagio y del agravamiento de los síntomas al ofrecer la posibilidad de detección precoz del bacilo.

“La ampliación del arsenal de laboratorio para evaluar a las personas que viven en zonas endémicas, así como aquellas que conviven con pacientes diagnosticados con lepra, constituye una estrategia importante de salud pública y prevención”, dice Florian. “Los profesionales que trabajan con lepra, sobre todo los que lo hacen en zonas alejadas de las grandes metrópolis, a veces sin acceso a una buena baciloscopía de raspado dérmico y óptimos laboratorios de anatomía patológica, deben basarse solamente en los aspectos clínicos para realizar el diagnóstico de la lepra. Hay casos que son muy complicados, ya que se trata de una enfermedad compleja, crónica, engañosa y con muchas variantes clínicas”.

El dermatólogo informa que hay otros exámenes aprobados recientemente por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para el diagnóstico de la lepra, pero que utilizan una metodología diferente, basada en la extracción y el análisis de material genético (PCR). Una de estas pruebas, desarrollada por el Instituto Carlos Chagas, una unidad de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) en el estado de Paraná, y por el Instituto de Biología Molecular de Paraná (IBMP), es el Kit NAT Hans, que detecta el ADN del bacilo por medio de muestras de piel o de tejido nervioso. Otra es un test elaborado por el laboratorio Mobius Life Science a partir de una biopsia cutánea. Ambas se realizan en laboratorio y requieren la labor de personal especializado para el procesado del material y para la realización del PCR. “Se trata de tecnologías conocidas. Lo novedoso es la homologación de las pruebas y la posibilidad de utilizarlas in situ, en la labor cotidiana, más allá del ambiente de la investigación académica, siempre que su precio y estructura técnica sean viables”, dice. Según el médico, también es necesario que el Ministerio de Salud las incorpore a los programas de prevención de la lepra y que estén disponibles para los equipos que trabajan en las diversas regiones del país.

Los investigadores recibieron financiación del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y de la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (Capes), y ahora buscan colaboraciones privadas y públicas para hacer factible licenciar la nueva tecnología y la producción de una versión comercial del test de diagnóstico, que también deberá ser aprobado por la Anvisa.

Faria comenta que la metodología de trabajo en el Laboratorio de Bioanálisis y Electroquímica de la UFSCar –que ya ha desarrollado propuestas para dispositivos centrados en el diagnóstico precoz del alzhéimer, de algunos tipos de cáncer (mama, cabeza y cuello) y del covid-19– combina la búsqueda de la resolución de problemas, propia de la ciencia, con la viabilidad de dichas soluciones a gran escala. Algunas pruebas se encuentran en tratativas para la obtención de la licencia de la patente con empresas interesadas en el desarrollo de un producto comercial.

“Los estudiantes lo hacen todo: fabrican electrodos, biocompuestos, reactivos, sensores, etc. El diálogo con el sector productivo, que ya lleva años, nos ha demostrado que es más interesante avanzar con la investigación en nanotecnología empleando materiales disponibles a nivel comercial. De esta manera, hemos logrado generar prototipos  con mayor potencial de producción a gran escala”, enfatiza el investigador de la UFSCar. El próximo paso del equipo será trabajar en una versión  portátil y accesible de la prueba de la lepra para su venta en farmacias, similar a las cintas de detección de los niveles de glucosa en la sangre.

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