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Cuadros para la investigación empresarial

Una multinacional organiza una competencia sobre innovación con la mira puesta en los futuros científicos

Daniel BuenoUno de los caminos que tomaron ciertas empresas al momento de impulsar las inversiones en innovación es el de concretar convenios con universidades o centros de investigación. Otra vía consiste en dirigir la mirada hacia profesionales que recién han salido de la universidad y que ambicionan construir una trayectoria como investigadores en la actividad privada. Para Henkel, una multinacional alemana fundada en 1876 que actúa en los sectores de limpieza, cosméticos y adhesivos, cuanto más temprano se produzca el acercamiento a los estudiantes, mayores serán las posibilidades de estimular también tempranamente el gusto por la investigación y que los jóvenes creen lazos con la investigación empresarial. En 2007, la empresa creó el Henkel Innovation Challenge, una competencia global anual en la cual alumnos de grado y posgrado se abocan a la creación de proyectos innovadores con la mira en su ejecución en 2050.

“La disputa constituye una oportunidad de estar presente entre los estudiantes como empleado de la empresa y también de conocer a jóvenes talentos de todo el mundo”, dice Manuel Macedo, presidente de Henkel de Chile y director de adhesivos de consumo en el Mercosur. Aparte de premios materiales tales como viajes y tablets, los participantes cuentan con la oportunidad de entrar en contacto con gerentes de Henkel que actúan como mentores de los equipos. La competición también constituye una oportunidad de trabajar en la empresa: en siete años, fueron contratados alrededor de 130 estudiantes.

Este año, un equipo brasileño venció la final regional de América Latina, superando a México –país con historia en el evento – y a Colombia, que participó por segunda vez en la disputa, al igual que Brasil. Los alumnos de maestría del Instituto de Química de la Universidad de São Paulo (USP) Daniel Minatelli, de 23 años, y Fernando Luengo, 25, llegaron a la final del evento, realizada en abril en Alemania, en la cual participaron estudiantes de 30 países. Los brasileños estudian el uso de biopolímeros tales como proteínas, almidón y celulosa para la regeneración de tejidos humanos. Cuando se enteraron que se haría este torneo, se les ocurrió la idea de desarrollar un nuevo adhesivo totalmente biodegradable. “De los residuos provenientes de las sobras de alimentos, de las cáscaras de papas, por ejemplo, es posible extraer el almidón para producir un adhesivo que puede usarse en envases de alimentos”, explica Luengo. “Además de ser biodegradable y que sirve como abono después del consumo, este material no sería tóxico.”

El proyecto no venció el reto, pero la experiencia abrió los ojos de Luengo con respecto a una forma de concebir la actividad de investigación, distinta a la que él  tenía anteriormente. “Vimos que nuestra investigación cuenta con potencial como para transponer las fronteras de la universidad e ir más allá de los límites de nuestro laboratorio”, dice. Sucede que la competición también se apoya en la percepción de que el investigador debe tener conciencia de las dimensiones económicas de su proyecto. Según Luengo, en el transcurso de las tres etapas se estimula a los participantes a pensar en estrategias de negocios capaces de hacer que el proyecto se torne factible.

“Es necesario que el candidato tenga creatividad y capacidad analítica como para desarrollar un concepto claro y consistente, teniendo en cuenta las necesidades del mercado”, subraya Manuel Macedo. De allí que el interés de Henkel no sea en los productos que proponen los inscritos, sostiene. “No es ése el foco del reto, sino los potenciales creativos e innovadores de los estudiantes. A los proyectos se los considera tan sólo pistas de tendencias para el futuro”, dice Macedo

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